Las mutaciones en los virus son algo que podría considerarse normal desde el punto de vista de la ciencia, ese es su comportamiento natural y frente a esa realidad el mundo científico se mueve constantemente para identificar sus características y actuar en consecuencia. De hecho el patógeno de Wuhan no es el mismo que nos llegó a nosotros en América. Hace un mes, aproximadamente, también fue descubierta una mutación en Dinamarca, en una población de visones, los cuales tuvieron que ser sacrificados en masa.
No obstante, ante la pandemia que estamos viviendo, es compresible la preocupación que aparece ahora con las dos nuevas cepas descubiertas en el Reino Unido y en Sudáfrica, que podrían obligar a hacer ajustes a las vacunas que han sido anunciadas como el camino de solución de la emergencia sanitaria. Esto, sin duda, significa que los desafíos se incrementan para los científicos y que se tiene que seguir trabajando para mejorar la contención de la expansión del coronavirus en sus distintas variantes.
También significa que las medidas de bioseguridad deben mantenerse e inclusive convertirse en parte de nuestra conducta cotidiana presente y futura, si queremos salir incólumes del ataque pandémico. Hay que buscar que los rebrotes que se tienen ahora en Europa sean conjurados allí, sin que ello implique nuevas olas del coronavirus en el resto del planeta, y en ese sentido es sana la medida adoptada por el gobierno colombiano de restringir los vuelos hacia y desde el Reino Unido. Una contención efectiva tal vez requiera más medidas, sin caer en la exageración: calma y cautela es lo que debemos tener ahora para sortear con éxito estos desafíos.
La preocupación por las nuevas mutaciones tienen que ver con la posibilidad de que su contagio sea más rápido, en una proporción hasta del 70% mayor del coronavirus que nos llegó en marzo pasado a los colombianos. Al parecer, las personas jóvenes podrían recibir de manera más agresiva sus efectos, aunque es algo que aún está por comprobarse. No es que estas mutaciones sean, necesariamente, más letales, pero lo sensato es seguir tomando precauciones para evitar sorpresas desagradables.
Como sea, el llamado es a mantener la normalidad en la medida de lo posible, pero al mismo tiempo reforzar los comportamientos de autocuidado. Debemos ser conscientes de que un uso adecuado del tapabocas, evitar las aglomeraciones y los lugares de poca ventilación y hacer una higiene permanente de manos pueden ser la mejor vacuna. Hoy tenemos la ventaja de que ya comenzó el proceso de vacunación en varias partes del mundo, que esperamos sea efectivo, y en lo que respecta a Colombia está bien que se tenga el compromiso de acceder a 40 millones de vacunas, pero ese es aún un esfuerzos insuficiente ante la necesidad de frenar pronto la pandemia en Colombia.
Es necesario insistir en que el hecho de que haya vacunas no significa que podamos relajarnos, y eso nos lo demuestran las mutaciones recientes del coronavirus. Todo lo que hagamos para prevenir los contagios debe ser bienvenido, y en todo momento hay que procurar que eso impida echar reversa en la decisión de regresar gradualmente a la normalidad.
Fecha Publicación - Hora