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Después de tantas ambivalencias del registrador nacional, Alexánder Vega, acerca de solicitar recontar o no todos los votos emitidos el pasado 13 de marzo en el país, aún después de los escrutinios que se realizaron durante una semana, se impuso la sensatez de seguir las vías legales y no improvisar en asunto tan delicado y sensible para la democracia colombiana.

Todo indica que una serie de errores, que no pueden ser calificados como fraude, llevaron a que se generaran las inconsistencias que hoy tienen a la Registraduría con niveles de credibilidad muy preocupantes. El hecho de que cerca de 400 mil votos aparecieran a favor del Pacto Histórico, tras los escrutinios, indica que hay protuberantes fallas que deben ser corregidas a la mayor brevedad.

Si bien la pretensión de los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, jefes máximos del Centro Democrático y del Conservatismo, respectivamente, de hacer un reconteo general fue desatinada, al tratar de rebasar las bases jurídicas del sistema electoral, sí es necesario que en aras de cumplir el compromiso con la verdad electoral, cada uno de los reclamos que presenten los distintos partidos y agrupaciones políticas tienen que ser resueltos de manera satisfactoria y transparente, con el único ánimo de acertar. La autoridad judicial competente en estos casos debe analizar esas quejas y responder a la mayor brevedad.

Desde la misma Misión Electoral de la Unión Europea, que tiene experiencia de seguimientos a elecciones en todo el mundo, se hizo un llamado a brindar todas las garantías a quienes crean que los errores cometidos pudo desfavorecerles, y si eso implica que haya reconteos específicos de votos en algunas mesas, es algo que debe hacerse de inmediato. Mientras tanto, hay que aceptar que los escrutinios de la semana pasada corresponden a la información oficial de lo ocurrido el 13 de marzo en las urnas.

Hasta el momento, de acuerdo con las conclusiones de la Comisión de Seguimiento Electoral, la mayoría de los partidos políticos en el país siguen creyendo en el sistema electoral y en la Registraduría, pese a sus errores. Sin embargo, al pensar en las próximas elecciones presidenciales del 29 de mayo, es necesario enfatizar en la necesidad de ajustar tuercas, remediar errores ya diagnosticados y evitar cualquier situación que pueda ser fuente de duda. Se necesita que haya un rescate de la credibilidad de la Registraduría en los próximos comicios.

Se ha identificado que parte del problema está en el llamado formato E14, cuyo diseño se presta para inconsistencias que pueden afectar la información de las listas cerradas, como también le ocurrió hace 4 años al Mira, que finalmente logró entrar al Congreso al ser analizado de manera específica su caso y hallar los errores estadísticos. Es necesario que todos estos detalles sean revisados sin apasionamientos, con equilibrio y con celeridad, y de esa manera recuperar la confianza de los electores colombianos.