El Consejo Privado de Competitividad (CPC) y la Universidad del Rosario en una nueva entrega del Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) midió 25 capitales y 7 áreas metropolitanas del país, que dejaron a Manizales sexta, entre las primeras 10 de Colombia en el ranking. Sin duda es un lugar valioso que nos debe llevar a reforzar todo aquello en lo que nos va bien, pero lo más importante es luchar con decisión para eliminar todos los puntos negativos que nos afectan.

Los resultados dejan muchos contrastes que vale la pena analizar, ya que gran parte de los indicadores nos ubican en los lugares más rezagados de la tabla. De hecho, 48 variables de las 104 medidas ubican a la capital caldense entre los puestos 11 y 32 de los indicadores, y hay 20 aspectos en los que Manizales aparece entre las 10 últimas en el país.

De todos modos, hay que resaltar que la capital caldense solo es superada en el consolidado de competitividad por Bogotá, Medellín, Cali, Tunja y Bucaramanga, y seguimos primeros en educación superior y formación para el trabajo (el segundo puesto de cobertura en instituciones de educación superior con acreditación de alta calidad es clave). Somos terceros en innovación y sostenibilidad ambiental (pero solo el 6,39% del territorio corresponde a áreas protegidas) y cuartos en adopción TIC (aunque en ancho de banda de internet estamos en el puesto 25). Hasta ahí estamos en el llamado Top 5.

Luego aparecemos sextos en mercado laboral, séptimos en infraestructura y equipamiento, y décimos en el entorno de los negocios. También logramos estar antes de la mitad de la tabla en cuanto a instituciones (11), tamaño del mercado, sofisticación y diversificación y educación básica (12), salud (13) y sistema financiero (14). En síntesis, Manizales tiene un 53,8% de sus indicadores positivos, un 27% son aceptables y un 19,2% están en fase crítica.

Un punto muy preocupante se observa en educación básica y media, en el que somos los últimos en cobertura, según el informe. Es un golpe duro para Manizales, donde nos preciamos de tener a la educación como prioridad. En preescolar (menores de 5 años) ese indicador fue del 64,75% (puesto 23), en primaria la cobertura es del 78,22% (puesto 30), y en secundaria es del 75,89% (puesto 27). Valdría la pena validar las cifras del censo y de los municipios cercanos para aclarar descartar causas del desajuste .

Otros puntos críticos son las brechas laborales, la inversión en salud (estamos entre las 8 últimas ciudades en este aspecto y somos últimos en cobertura de vacunación triple-viral), la conectividad aérea y el movimiento de pasajeros (puesto 21), la actualización catastral (21), la cobertura de gas (23), la contratación pública (el Secop II solo se usa en el 8,7% de los procesos), la cobertura de entidades financieras y los escenarios culturales, entre otros. Hay muchas tareas pendientes en diversos aspectos, lo que nos obliga a trazar un camino en el que las sinergias de los sectores público y privado, y de los ciudadanos serán vitales.