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Durante una operación militar en el Chocó, de acuerdo con el Ministerio de Defensa, la semana pasada fueron abatidos en un bombardeo dos importantes cabecillas de la guerrilla del Eln en esa región del occidente colombiano. En zona rural del municipio de San Juan cayó Ogli Ángel Padilla, alias Fabián, jefe del Frente de Guerra Occidental de esa agrupación subversiva, y también fue abatido José Baltazar Herrera, alias Emiliano o Carlitos, que era el segundo al mando en ese grupo, al que se le responsabiliza del desplazamiento de 4.700 personas en medio de una lucha territorial con el Clan del Golfo. Los guerrilleros dados de baja fueron siete en total.
Este mismo frente del Eln ha sido el responsable de generar zozobra en varios municipios risaraldenses limítrofes con el Chocó, como Pueblo Rico y Mistrató, entre otros, por lo que esta acción del Ejército Nacional beneficia al Eje Cafetero en la recuperación de la tranquilidad en varios de esos lugares en los que los elenos venían ganando terreno sin que encontraran un muro de contención. Los subversivos abatidos eran responsables de varios secuestros, asesinato de policías y soldados, reclutamiento de menores y desplazamiento forzado, según el reporte oficial.
Ante la acción persistente de agrupaciones delictivas como esta para generar terror y violencia hay que destacar que las Fuerzas Militares hayan logrado un golpe tan certero, el cual esperamos tenga efectos en que toda esa estructura pueda ser desarticulada y así los pobladores tradicionales de esa zona del país puedan regresar sin temor. En esto, además de operativos militares exitosos como el mencionado, se necesita que el Estado garantice la seguridad cotidiana, así como las condiciones para una vida digna y de calidad para los colombianos de esa región.
También es fundamental que las Fuerzas Militares puedan golpear con igual reciedumbre a los miembros de la banda conocida como Clan de Golfo, que podría sentir que esta operación contra el Eln les favorecería en su empeño por conquistar el dominio de esa región del Chocó, para seguir ejerciendo sus actividades de narcotráfico y toda clase de acciones ilícitas. La totalidad de los grupos al margen de la ley deben ser perseguidos sin pausa y neutralizados sus miembros; es la única manera de debilitarlos y obligarlos a dejar las armas.
De acuerdo con el reporte oficial, en el campamento de alias Fabián fueron hallados ocho computadores y varias USB con información valiosa que ya está siendo procesada por organismos de inteligencia, para seguirles la pista a otros posibles miembros de ese frente allí. En todos los lugares del país en el que hacen presencia este tipo de bandas criminales es crítico que se sigan ejecutando acciones exitosas que frenen la creciente inseguridad y violencia que se han empotrado en amplias regiones de Colombia.

También es momento para que los jefes elenos piensen que, como ya lo hicieron quienes comandaron las Farc, que el mejor camino es dejar a un lado el crimen para, realmente, comprometerse en la construcción de paz que tanto necesita Colombia.