Fecha Publicación - Hora

Antes de la pandemia las perspectivas de la economía eran bastante positivas para Colombia. Se esperaba un 2020 muy bueno y un 2021 mejor. La realidad es que las restricciones adoptadas para contener la pandemia el año pasado tuvieron un efecto negativo en los distintos sectores, lo que representó una caída del 6,8% en el Producto Interno Bruto (PIB). Una de las pocas actividades que sacaron la cara fue la caficultura, que logró buenos precios y alto volumen de producción, y ayudó a que en nuestra región se pudiera resistir de mejor manera la crisis económica.
Este año las restricciones por bioseguridad no han tenido la misma intensidad que en el 2020, lo que ha permitido avanzar en la senda de la recuperación. No obstante, eso también ha implicado que los contagios de covid-19 se hayan elevado hasta niveles superiores a los de los dos primeros picos de la pandemia en Colombia, y que el ritmo de reactivación haya tenido episodios de ambivalencia, que le han bajado la velocidad, por momentos, a la economía.
Adicionalmente, lo ocurrido desde el 28 de abril con el paro nacional, especialmente por los bloqueos de numerosas carreteras en el país tuvo efectos adversos para la recuperación de la dinámica productiva y ha implicado cambios bruscos en el indicador de inflación y en pérdida de empleos. 
Para los próximos meses vienen los desafíos de contener el incremento inflacionario y en la lucha contra el desempleo, y hacer todo lo posible para que la economía siga en alza al mismo tiempo que se gane la batalla contra la pandemia, con medidas no farmacológicas y vacunas.
Un punto clave para la economía será la discusión de la nueva reforma tributaria que pretende presentar el Gobierno Nacional. Hay que encontrar con ella nuevas fuentes de recursos que ayuden a financiar los programas sociales, y así evitar que la pobreza mantenga su tendencia al incremento, ya que ello nos perjudicaría a todos. No se puede caer en el mismo error de afectar la canasta familiar o exigir más aportes de sectores vulnerables, pero tampoco ahogar a las empresas. Es fundamental generar condiciones para la creación de nuevos empleos.
El buen arranque del año, pese al freno del segundo trimestre, podría ayudar a que se recupere pronto la senda del crecimiento, pero eso también depende de que no aparezcan nuevos factores que resulten perjudiciales para el impulso de esta dinámica. Otra variable es la velocidad con que se avance en el freno de la pandemia, que deberá verse de manera más clara a partir de agosto.

Para nuestra región es importante que, además de la normalización del turismo y de las actividades de entretenimiento, la economía cafetera se mantenga al alza. Numerosas familias de esta zona del país la pasan mal si estas actividades funcionan de manera inadecuada, y el reflejo de ese factor al resto de los sectores puede ayudar al retorno o no al cauce definitivo del crecimiento en los próximos meses.