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Hay un proceso que imprime un impulso adicional, que no solo brinda condiciones de vida digna a muchas familias, sino que generan empleo y hace que el comercio se mueva.

El ambicioso plan de construir 3.370 viviendas en Caldas durante este cuatrienio avanza de buena manera. El programa bandera del gobernador Luis Carlos Velásquez, quien ofreció en campaña un fuerte avance en ese sector, toma forma y se expresa en realizaciones en los distintos municipios, gracias al respaldo de los alcaldes, quienes han asumido el compromiso de aportar terrenos e impulsar los trámites necesarios. Es un logro no solo de la Gobernación, sino de todos los actores que han hecho posible este avance, incluido el Ministerio de Vivienda, que ha creído en esta apuesta y le ha dado el necesario apoyo.

Desde el sector privado, representado por Camacol, y también desde el Gobierno Nacional se reconoce que la actual política de vivienda de Caldas se proyecta como modelo en el país. Incluso el exministro de Vivienda Luis Felipe Henao, quien lideró en el país durante el gobierno de Juan Manuel Santos la entrega gratis de miles de casas en todas las regiones, expresa admiración por lo que se está haciendo en este departamento, en donde se puso a funcionar la creatividad al servicio de estos propósitos.

Además de los programas oficiales de vivienda para las familias de bajos recursos económicos (Mil Viviendas, Vivienda Social para el Campo), desde la Administración Departamental se han impulsado proyectos rurales de casas prefabricadas, así como otras iniciativas de impacto con las bloqueras comunitarias, en las que las familias hacen sus propios bloques, y luego con el respaldo de las administraciones locales y voluntarios se hacen las casas. Lo más interesante de esta iniciativa es unas 1.124 familias a las que se llega con esta estrategia, solo aportan $5,5 millones para ser propietarios.

En un reciente foro alrededor de la vivienda, realizado por LA PATRIA, distintas voces manifestaron que es destacable que se esté llegando con viviendas nuevas a los municipios, en muchos de los cuales no se construían casas nuevas desde hace décadas. Así, mismo, aunque han surgido algunas críticas alrededor de cómo se procedió a la creación de patrimonios autónomos para la ejecución de los proyectos, desde el Ministerio de Vivienda se resalta que ese es el procedimiento legal que mejor garantiza que los planes de vivienda se concreten.

En un momento como el actual, cuando es tan necesario que se impulse la reactivación económica, la dinámica en la construcción de vivienda es un ingrediente que resulta clave en la región. El hecho de que los subsidios para el sector se estén usando, como lo resalta Camacol (desde el 2018 se han asignado en Caldas 1.533 subsidios, el 69% del total asignado desde que se creó el programa en el 2015), evidencia que hay un proceso que imprime un impulso adicional, que no solo brinda condiciones de vida digna a muchas familias, sino que generan empleo y hace que el comercio se mueva.

Hay que reconocer que en el departamento se tiene aún un déficit muy alto de vivienda, y que hay miles de familias que habitan en zonas de alto riesgo de desastres, por lo que estos planes no pueden ser solo una preocupación del actual gobierno de Caldas, sino que se deben hallar los mecanismos que permitan seguir llevando techo a miles de familias que lo necesitan.