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La discusión del Presupuesto del Municipio de Manizales para el 2021 ya comenzó en el Concejo. De acuerdo con el proyecto presentado por la Alcaldía, el próximo año se tendrá un incremento bastante significativo con respecto al presupuesto que se ejecuta en el 2020. Es un aumento del 22,18%, que corresponde a un crecimiento del 17% para el sector central y del 49% para los llamados institutos descentralizados. Para ser una vigencia posterior al año de la pandemia de covid-19 sorprende que en lugar de que el presupuesto caiga se fortalezca, y eso es algo que los voceros de la Administración Municipal deberán explicar con claridad las bases para sustentar el incremento en las fuentes de recursos.
Pasar de $586 mil millones a $716 mil millones en medio de la actual coyuntura parece demasiado ambicioso. Serían $130 mil millones adicionales con respecto a lo que se ejecuta este año. De acuerdo con los funcionarios de la Alcaldía se cuentan allí recursos adicionales correspondientes al crédito ($35 mil millones), desahorro del Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales (Fonpet), reclasificación de la sobretasa ambiental ($25 mil millones) y recursos del balance de este año que ingresarán al presupuesto del 2021. Ojalá no sean muchos estos últimos recursos, porque eso significaría que la ejecución del 2020 se quedará corta.
Llama bastante la atención que el mayor incremento en los ingresos se proyecte en los institutos descentralizados, con un crecimiento del 49%. Es fundamental que se detalle cómo se logrará que en Infimanizales se puedan tener en el 2021 un alza del 41,9%, para alcanzar los $69.558 millones, y que en Invama el salto sea del 85%, con ingresos por $55.208 millones, cuando no hay grandes proyectos en ejecución. Todo esto contrasta con la realidad, admitida por los funcionarios municipales, en el sentido de que el recaudo de impuestos de predial e industria y comercio ha caído y seguirá cayendo a causa de la pandemia. Si es cierto que estos cálculos son producto de la reducción en los gastos de funcionamiento y mejora de la inversión, será algo que habrá que exaltar.
Dicen los funcionarios municipales que el incremento en los ingresos podrá darse gracias a la actualización normativa del estatuto de rentas, el fortalecimiento de las áreas de fiscalización y el cobro coactivo. Esperamos que las proyecciones se hayan realizado con criterios realistas, que tengan presente la realidad económica actual, que ha afectado no solo el empleo, sino toda la dinámica empresarial de la ciudad. Será crítico el aporte nacional a las cifras planteadas, sobre todo en lo que tiene que ver con el sistema de cables en que está empañada la Administración, y en la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales, allí el alcalde Marín ha mostrado avances que deben concretarse pronto.

El rubro de fortalecimiento institucional y gobernanza, con un incremento del 541% en un solo año, es algo que merece explicarse muy bien. También deberá revisarse el presupuesto del Instituto de Cultura y Turismo, que carga con un pasivo correspondiente a deudas con casi todo el sector cultural de la ciudad, las cuales deberían ser cubiertas a la mayor brevedad, ya que ahí se han sentido de manera fuerte las consecuencias de la emergencia sanitaria. Honrar esos compromisos debe ser prioridad.