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El pasado martes el presidente Iván Duque anunció que la cuarentena iniciada en marzo irá hasta el 30 de agosto. Se ha vuelto recurrente que cada 15 días o algo más el mandatario extienda un poco el tiempo que él mismo ha llamado aislamiento preventivo obligatorio, y como van las cosas seguramente las restricciones que se tienen hoy se extenderán, por lo menos, hasta final del año. Además, con las 46 excepciones que se tienen, la mayor parte de las personas pueden salir a cumplir con sus diferentes tareas.

Estas medidas de cuarentena realmente tienen efecto para los menores de edad y para las personas mayores de 70 años, así como para aquellas que sufren enfermedades que, de acuerdo con los médicos, las hacen más vulnerables al coronavirus que produce la enfermedad covid-19. En estos casos específicos, debe haber un mayor cuidado de su salud, porque los niños son muy eficientes para transportar el virus y los adultos mayores son los que más fallecen a causa de esta enfermedad.

Lo sensato hoy, sin necesidad de que el Gobierno Nacional extienda o no la cuarentena, es que todos seamos conscientes de cuidarnos de la manera adecuada. Convivir con el coronavirus significa que mientras no haya una vacuna o un tratamiento efectivo contra la covid-19, nuestros comportamientos deben ser afines al bloqueo de posibilidades de contagio: salir solo cuando sea estrictamente necesario, usar siempre y bien puesto el tapabocas, asear constantemente las manos, mantener una distancia de 2 metros con otras personas y evitar aglomeraciones. Del Gobierno lo que debemos esperar es que acelere el proceso de las pruebas, haga una búsqueda eficiente de pacientes asintomáticos y dote de excelente manera el sistema de salud.

Somos los colombianos, en general, los que debemos entender la urgencia de actuar con prudencia en nuestra vida cotidiana, siempre tratando de evitar ser contagiados o llevar la enfermedad a otros sin saberlo. Si actuamos de manera responsable podrá llegar el momento en que las actividades se normalicen sin que eso implique que la pandemia se dispare. Esa madurez nos permitirá reactivar en forma adecuada la economía, al mismo tiempo que demostremos que podemos proteger la salud. Con disciplina social es posible ganar la batalla en ambos frentes.

Hay que entender, además, que las medidas nacionales son ahora simples marcos generales y no reglas determinantes. El hecho de que en cada región el avance de la pandemia sea distinto hace que las medidas tengan que ser afines con lo que ocurre en ese territorio. Lo que es pertinente para Caldas no lo es, por ejemplo, para Antioquia o el Valle del Cauca, y viceversa. Incluso lo que puede ser necesario hoy en Anserma no tiene que serlo para el municipio de Risaralda, pese a ser vecinos. Sin embargo, en todos los casos, los comportamientos sí deben garantizar barreras de protección, porque el coronavirus puede llegar de la manera menos esperada a lugares donde aún no hay contagios.