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La semana pasada, durante la visita del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, a Cartagena, se hizo posible que después de unos 20 meses de estar cerrada la frontera entre los dos países, la comunicación terrestre se reabriera, con el propósito de reactivar la economía de esa región ubicada al sur de Colombia. Debemos recordar que el cierre se hizo necesario en marzo del año pasado, como una forma de contener la expansión de la pandemia de covid-19.
 Días antes, a comienzos de este mes, se había dado el paso de permitir el paso de camiones en ambas direcciones, pero ahora la reapertura es total. Es un hecho que debe ser celebrado, con el deseo de que ojalá se pueda mantener allí la circulación de ciudadanos y mercancías sin más restricciones que las propias de la bioseguridad.
 La reapertura no es solo en el puente internacional Rumichaca, sino que también aplica en los distintos caminos de doble vía a lo largo de toda la frontera binacional. Se apunta, con esta decisión, a que las actividades económicas y sociales en toda esta amplia región se normalicen, y que así se alivien las afugias que han sufrido los pobladores que dependen del movimiento en la frontera.
 Además de reactivar las actividades cotidianas allí, es fundamental que los dos países hayan avanzado en la coordinación de actividades ligadas a la expedición de carnés de vacunación digitales que unifican políticas sanitarias. Eso es algo que brinda confianza a los dos países y que evidencia el deseo de seguir avanzando en la cooperación en toda clase de asuntos.
 De hecho, es necesario que se haga un trabajo bien coordinado entre las autoridades de los dos países para garantizar la seguridad. Los operativos conjuntos para luchar contra las bandas del narcotráfico y para cerrar puntos que son usados por las mafias para embarcar la cocaína por el Océano Pacífico son críticos. El control de las mafias que, además, ejercen toda clase de violencias en esta zona del país se debe consolidar.
 El Gabinete Binacional también sirvió para tratar diversos temas de cooperación que son clave entre los dos países, y que pretenden ir más allá de los problemas habituales de la frontera. Es así como también se habló de comercio con un espectro más amplio, de medioambiente y desarrollo sostenible, lo cual resulta vital al compartir ambos países intereses en la Amazonía.

También es valioso que Ecuador busque el apoyo de Colombia para que el vecino país pueda desarrollar una reforma carcelaria que ayude a evitar los sangrientos enfrentamientos entre presos que han causado la muerte de 316 personas en las penitenciarías en una lucha entre bandas. De ese ejercicio conjunto ambos países pueden aprender, ya que, en Colombia, si bien la situación es menos grave, tampoco puede decirse que sea un modelo. En este sentido, el trabajo conjunto en materia de derechos humanos y prevención de la violencia debe ser central.