Fecha Publicación - Hora

Con el triunfo 2-0 ante el Deportivo Independiente Medellín el Once Caldas logró terminar, al menos, con un mensaje a la afición de que sí es posible ganar, pese a la pobrísima campaña de este primer semestre (solo ganó tres veces en la Liga). De acuerdo con el histórico de las estadísticas deportivas es la segunda peor del equipo de Manizales desde 1988. Terminó en la posición 15 con 17 puntos y un rendimiento del 27%. Hacía cerca de 33 años que no se tenía un panorama tan sombrío, y ocurre justamente 17 años después de la campaña más brillante del equipo, cuando el Once se convirtió en campeón de la Copa Libertadores de América en 2004. La realidad es que la nómina del equipo es bastante liviana, que hay unos pocos jugadores con experiencia que, salvo contadas excepciones como la del arquero Gerardo Ortiz, tuvieron enormes altibajos. Creemos que el técnico Eduardo Lara hizo lo que pudo con la materia prima que tuvo, que en el segundo semestre con una escuadra mejor conformada seguramente podría empezar a recuperar la senda de las victorias. De esa manera reviviría la posibilidad de terminar el año dejando atrás esta larga y mala racha que trae desde hace varios años, sin que los diversos técnicos que han asumido el desafío hayan podido sacar adelante el equipo.
 Un informe especial publicado el pasado domingo en este diario evidencia que lo que vive el Once Caldas no es un asunto del momento, sino que es una situación que se refleja en cifras como estas: En los últimos 16 campeonatos tiene 9 eliminaciones (cuatro consecutivas), y durante ese tiempo han pasado por el equipo 180 jugadores. Eso demuestra que no hay procesos, que hay demasiada improvisación y que parece haber solo una preocupación por madurar algunos jugadores para ofrecerlos a equipos extranjeros y obtener ganancias económicas. De hecho, durante este tiempo se han transferido 9 jugadores al fútbol internacional.
 Vendrán cerca de tres meses de parálisis, hasta que en julio arranque la Liga del segundo semestre, por lo que hay tiempo de sobra para que los directivos del equipo reflexionen acerca de lo ocurrido y apliquen los correctivos del caso. El principal mensaje que deberían tener en cuenta es que los hinchas están justamente decepcionados con el Once Caldas del presente, que sueñan con que el equipo regrese a las finales de los campeonatos y que pueda participar de nuevo en torneos internacionales. Los directivos del equipo, quienes llevan 9 años al frente, deben entender que les deben respeto a los hinchas y que no pueden seguir dándoles la espalda, sin tomar en cuenta sus esperanzas de que el Once sea competitivo.
Hay que hacer los análisis acerca de lo que viene pasando, y ante los resultados del diagnóstico asumir con seriedad la tarea de construir una senda más promisoria para el equipo. Hay que entender que lo que hace que los clubes sean grandes es su afición, y que es importante recuperar el respaldo de quienes aman al Once Caldas y lo quieren ver triunfando. Si se logra acercar más el equipo a la gente y establecer un proceso más sólido, volverán las buenas noticias deportivas y económicas que tanto extrañamos.