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El próximo 6 de mayo está previsto que el Consejo Superior de la Universidad de Caldas elija al nuevo rector de ese centro educativo. El resultado de la consulta a los estamentos universitarios del pasado 20 de abril podrá servir de guía a los miembros de ese organismo directivo para que estudien las hojas de vida de los aspirantes y las circunstancias del momento para tomar la mejor decisión acerca de quién estará en la Rectoría durante los próximos cuatro años.
El pasado viernes quedó confirmada la terna de la que hacen parte Claudia Patricia Jaramillo Ángel, decana de la Facultad de Ciencias para la Salud; el voto en blanco que obtuvo amplia figuración, y el actual secretario de Educación de Caldas, Fabio Hernando Arias Orozco. Lo más lógico es que en el momento de las deliberaciones, el Consejo Superior se incline por cualquiera de estas tres opciones para señalar al nuevo rector de la institución, aunque evidentemente podría mirar hacia otro lado.
Es claro que los resultados de la consulta del pasado 20 de abril no son vinculantes, y por tanto el Consejo Superior tiene toda la potestad para elegir a cualquiera que considere la mejor alternativa, desde dejar al actual rector Alejandro Ceballos, hasta elegir el voto en blanco, lo cual obligaría a que se desarrolle una nueva consulta con candidatos diferentes. No obstante, estas no son alternativas muy viables, por lo que implicaría cualquiera de esos caminos. En el actual contexto, es una determinación que requiere carácter y búsqueda de un mejor futuro para el centro educativo.
Durante la consulta, los docentes dejaron clara su predilección, igual que los estudiantes y los graduados. No obstante, para el potencial votante existente, la conclusión también es que reinó la abstención, ya que en el caso de los estudiantes, por ejemplo, solo participó una tercera parte de ellos, y las cifras son aún más bajas al observar el potencial votante de egresados. La amplia votación a favor del voto en blanco es una expresión democrática que también debe ser analizada, para tratar de entender sus causas, y asegurarse de que el próximo rector interprete de manera acertada su significado.
Todos estos son aspectos que deberán ser tomados en cuenta por los miembros del Consejo Superior en el momento de analizar el camino a seguir. Su responsabilidad no es de poca monta, ya que deberá garantizar que la Universidad de Caldas siga creciendo a buen ritmo en todo aspecto, desde la cobertura, pero más que nada en criterios de calidad, investigación, proyección a la comunidad caldense y protagonismo en el país en cada vez más destacados y reconocidos logros nacionales e internacionales.

Esperamos que se cuente con gran sabiduría para definir el rumbo de la universidad y que los distintos estamentos acepten sin sobresaltos la decisión que asuma el Consejo Superior. El trabajo que viene desarrollando el actual rector hay que evaluarlo en el marco de las circunstancias que debió enfrentar, con pandemia incluida, pero también es tiempo de escoger a quien esté mejor capacitado para enfrentar los grandes desafíos que tiene el Alma Máter en los próximos cuatro años.