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La escasez de recursos para que puedan funcionar bien las clínicas y los hospitales (IPS) en los que se atiende a los pacientes que deben ser llevados a esos lugares aquejados por la covid-19, es un problema adicional en la actual emergencia sanitaria. No solo se han encarecido muchos medicamentos esenciales para los tratamientos en cuidados intensivos, o se han agotado otros, sino que muchas EPS que tienen contratos con las IPS se han quedado cortas a la hora de pagar las deudas crecientes que tienen.
Resulta angustiante que cuando los contagios están en sus niveles más altos, lo mismo que la ocupación de las unidades de cuidado intensivo y el número de fallecimientos a causa de esta enfermedad también se elevan cada día, los centros asistenciales vean disminuidos sus recursos, debido a que no se les paga a tiempo los servicios que prestan. Desde hace años hay una cartera enorme, de varios billones de pesos en Colombia, y en el caso de Caldas se ha calculado que el total puede estar por encima de los $200 mil millones.
Ahora bien, en lo referente a los regímenes subsidiado y contributivo, SOAT y otras aseguradoras, las EPS que funcionan en el departamento les deben a los 25 hospitales de primer nivel en la región un total de $31 mil 907 millones. Cuando en una situación como la actual es necesario contratar personal para la toma de muestras, lo mismo que talento humano para vacunación, un flujo de caja más eficiente resulta fundamental. Como la realidad es que las deudas tienden a incrementarse, es acertado calificar como crítica la situación, como lo hace la Asociación de Hospitales y Clínicas de Caldas.
La actual coyuntura también ha requerido que otras áreas de los centros asistenciales, especialmente las urgencias, vean un alza en la demanda de servicios, para lo que también se han requerido inversiones adicionales en personal y en equipos. Lo más complicado es que estos atrasos en la cancelación de deudas también se reflejan en muchas ocasiones en que el pago de salarios al talento humano se afecte, convirtiéndose en un círculo vicioso sin justificación que nos afecta a todos.
Por ello también es clave que los compromisos del Gobierno Nacional en lo relacionado con el régimen subsidiado de salud se concreten, para no estar en la permanente angustia de que no se pueda reaccionar a tiempo ante las exigencias del momento. Girar oportunamente los recursos para cubrir los costos de las pruebas de covid-19 y de la aplicación de vacunas contra esa enfermedad también es vital.
Todo el sistema de salud afronta un estrés excesivo durante esta coyuntura, y el problema de los recursos hace que todo parezca más complejo y difícil y frente a ello se deben hallar salidas. La Superintendencia de Salud debería actuar, así mismo, con mayor determinación para evitar que la crisis se profundice. Esperamos que los nuevos compromisos firmados esta semana por las EPS cumplan con los cronogramas trazados y que la actual emergencia sanitaria se pueda sortear sin más inconvenientes.