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El 2022 ha sido un año en el que las muertes en accidentes de tránsito se dispararon. Hasta el pasado 11 de mayo se contaban 45 casos de fallecimientos en las vías de Caldas, que en gran proporción involucran a motociclistas (27 muertos hasta el viernes 13), y lo que es más preocupante es que se han dado 6 casos con dobles fallecimientos a causa de choques en los que participaron motos. 
La mitad de estos acontecimientos, es decir 6 muertos, ocurrieron en la Troncal de Occidente, en Anserma. En este municipio del occidente caldense se contabilizan 8 fallecimientos este año en accidentes de tránsito, lo que exige un análisis más detallado para poder implementar medidas de prevención, que sean efectivas para evitar más muertes. 
Hay otros casos reportados de accidentes en los que derrumbes, obstáculos en las vías o huecos han desencadenado colisiones o situaciones coyunturales en el tráfico en el que han muerto motociclistas, peatones y conductores de otros vehículos más grandes. De hecho, hasta el 11 de mayo se tenía que en Manizales se contabilizaban 17 fallecimientos en accidentes, de los cuales 9 corresponden a motociclistas, 7 a peatones y un conductor de carro. Del 3 al 4 de mayo pasados se vivió una jornada trágica en este sentido. En solo 24 horas, 4 personas murieron en accidentes de tránsito. Todos ellos involucraron motos. 
Pero, el problema es más amplio. Como lo informó LA PATRIA en días pasados, una buena cantidad de accidentes con pérdida de vidas en la región se da en las vías de la concesión Pacífico Tres, donde en 28 meses murieron 25 personas. Ahora bien, en vías nacionales que pasan por Caldas perecieron 43 personas desde el 2020 hasta el pasado 2 de mayo. Fueron 6 entre Manizales y La Manuela, y 19 desde La Manuela a La Felisa. Al parecer los excesos de velocidad son factores que desembocaron en una proporción significativa de los accidentes.
Recientemente, este diario también informó acerca de la gran cantidad de automotores de servicio público que participan en accidentes y en los que mueren personas. Las estadísticas en estos casos son elocuentes: de 228.728 vehículos matriculados en la ciudad, los públicos solo representan en 2,6% (5.933 matriculados), pero participaron en 941 accidentes con 210 heridos y 8 muertos en 15 meses. Eso corresponde al 33% de los accidentes totales en la ciudad. Otro informe reciente también resaltó los problemas de seguridad vial ocasionados por los tradicionales yip. Todo esto exige la intervención pronta de las autoridades de tránsito para fortalecer la prevención.

Hay que frenar este racha negativa, y buscar mecanismos que refuercen la responsabilidad de los conductores en las vías del departamento y la capital, pero también el sentido de protección de la vida de todos los actores viales en las distintas circunstancias. La prudencia y el respeto a las normas, así como las acciones oportunas de las autoridades para mitigar causas, son clave para lograr que la vida se imponga ante la muerte.