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Cuando se supone que estamos aún en temporada seca, las lluvias se muestran copiosas en todo el territorio de Caldas, con lo que se han generado graves afectaciones a las vías y algunos deslizamientos de tierra como el que provocó la muerte de un joven de 23 años, lesiones a otra persona y la desaparición de una más durante la madrugada del viernes en la vereda El Cerro, de Anserma, en el occidente del departamento, donde tres casas fueron arrasadas por un alud.
La intensidad de las lluvias también provocó el cierre total, durante varias horas, de la carretera entre Manizales y Fresno (Tolima), vital para la comunicación desde la capital de Caldas hacia el oriente del departamento y hacia Bogotá. Los daños en la banca, en el sector de Delgaditas, exigirán un buen tiempo para la recuperación completa de la vía en la parte alta de la cordillera.
 También se han reportado daños en vías y deslizamientos en Viterbo, Manzanares, Marulanda, Palestina, Samaná, Victoria, La Merced y otros municipios del norte y centrosur caldense. En La Dorada se han generado inundaciones, igual que en la vereda Santágueda de Palestina, donde el miércoles se desbordó la quebrada El Triángulo y varios condominios resultaron afectados.
 Lo más complicado es que, según el Ministerio del Medioambiente y el Ideam, existe una probabilidad del 69% de enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico tropical, lo que incrementa el riesgo de surgimiento de un Fenómeno de La Niña. Eso significaría un aumento de las precipitaciones durante lo que resta del año. De hecho, se anuncia que a partir de la segunda mitad de septiembre las lluvias serán más comunes, sobre todo en las regiones del Caribe y la Zona Andina.
Así las cosas, es fundamental que los sistemas de gestión del riesgo, los alcaldes, gobernadores, entidades públicas y la población, en general, se preparen para afrontar la segunda temporada de lluvias del año que, normalmente es más intensa que la del primer semestre, pero que en esta ocasión podría superar los niveles considerados normales. Ya conocemos en Manizales y Caldas los lugares más vulnerables durante el invierno, el cual siempre es más fuerte durante octubre y noviembre, por lo que es clave que se adopten todas las medidas posibles de prevención que salven vidas y eviten daños materiales graves.

En Manizales, de manera específica, debe trabajarse fuertemente en la limpieza de las obras de estabilización en toda la ciudad, para evitar que las basuras terminen generando empozamientos de aguas lluvias que saturen los suelos y desestabilicen los terrenos. El trabajo de las Guardianas de las Laderas es vital en momentos como el presente. De igual manera, los organismos de socorro y las unidades de gestión del riesgo en todo el departamento deben trabajar en identificar, con la ayuda de las comunidades, todos aquellos lugares potencialmente peligrosos cuando las lluvias se incrementan y adoptar medidas oportunas para mitigar el impacto de los efectos invernales.