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Colombia superó ayer las 100 mil muertes a causa de la covid-19. Es como si el doble de la población de Villamaría hubiera desaparecido como consecuencia de esa enfermedad desde hace 15 meses, con el agravante de que la mayor proporción de esos decesos han ocurrido en los últimos cuatro. De hecho, la semana pasada fue la peor en esas cifras, con 4.156 fallecimientos, con un promedio muy cercano a los 600 casos diarios, lo que evidencia la gravedad del momento que estamos viviendo en esta pandemia. Los contagios acumulados en el país se acercan a los 4 millones.

En el caso de Manizales, el domingo fueron reportados 506 casos nuevos, y los activos ascendieron a los 3.273, con cifras que se vienen incrementando desde hace algunas semanas. La ocupación de las unidades de cuidado intensivo bordea el 100% y todo apunta a que el panorama se complique en los próximos días, ya que al haber muchos más contagiados, un porcentaje más alto de ellos van a necesitar ventiladores y atención crítica en los hospitales. La posibilidad de que se acelere la ocurrencia de muertes por covid-19 es una realidad.

Ahora bien, para contrarrestar la expansión de la pandemia se viene dinamizando el proceso de vacunación. Hasta ayer se habían suministrado cerca de 15 millones de dosis, de las cuales 4,8 millones corresponden a segundas dosis. Sin embargo, para poder alcanzar la inmunidad de rebaño queda todavía un gran trecho, y mientras eso se logra a finales del año, la posibilidad de que se acelere la pandemia es real. En la última semana, el número de nuevos contagios fue de 191.942, la cifra más alta para un periodo de 7 días desde que estamos en emergencia.

Hoy, sin embargo, hay una apertura casi total de todos los sectores económicos que estuvieron restringidos durante la primera etapa de la pandemia. Si no se aplican los mínimos protocolos y las personas no son juiciosas con el autocuidado, poner el freno a los contagios, ocupación de UCI y fallecimientos por esta causa no será posible. Solo en lo que llevamos de junio se contabilizan cerca de 570 mil casos nuevos y 11.750 fallecimientos, lo que podría llevar a que este mes supere a mayo, que es hasta ahora el de mayores números en todos los indicadores de avance de la pandemia.

La tercera ola ha resultado devastadora, en una especie de meseta con varios picos cada vez más altos. Lo más complejo es que insumos fundamentales como el oxígeno empiezan a escasear y otros elementos necesarios para el cuidado intensivo de los pacientes también presentan problemas para su adquisición. En algunos casos, como en Chinchiná, la renuncia de personal de la salud hace más difícil esta coyuntura, y ello genera nuevos traumatismos que podrían agravar el panorama.

Lo fundamental es que, con un ritmo más acelerado de vacunación, también se afinen las conductas de autocuidado y que eso ayude a que las curvas de la pandemia empiecen a cambiar hacia el descenso, como se necesita. Si queremos reactivar la economía y la vida social de manera correcta, lo primero es cuidar la salud de cada uno de nosotros. De otra manera todos los indicadores seguirán por la senda equivocada.