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Desde el pasado lunes 14 de febrero Manizales solo cuenta con el servicio de la aerolínea Easyfly para los vuelos desde y hasta el aeropuerto La Nubia, ante el fin de la operación directa de Avianca en este destino, tal y como lo anunció desde finales del año pasado. Pese a que se conocía desde hace un tiempo la determinación de la aerolínea, debido al fracaso de su estrategia regional con los aviones ATR 72, aún no está claro cómo se buscará sustituir esa operación, ante la innegable demanda de pasajeros que necesitan viajar desde la capital de Caldas.
La Aeronáutica Civil, según lo manifestado por el director, Jair Orlando Fajardo, está en la tarea de encontrar nuevos espacios, a partir de las 5:00 a.m., para que puedan incrementarse las operaciones de Easyfly, y que el flujo de pasajeros hacia Bogotá pueda recuperarse, ya que en estos momentos muchos pasajeros no encuentran la posibilidad de usar La Nubia y se ven obligados a buscar vuelos desde y hasta ciudades vecinas, como Pereira. Es urgente que se les dé una respuesta positiva, con frecuencias suficientes a lo largo del día.
Un problema adicional que se tiene ante la nueva realidad es que una sola aerolínea atiende el mercado de Manizales, lo que va en contra de las lógicas de la libre competencia y afecta a los usuarios, al no tener la posibilidad de escoger entre varias opciones. Si hasta antes de la salida de Avianca los manizaleños nos quejábamos de las altas tarifas de los pasajes desde La Nubia, el riesgo de que los costos se eleven es bastante alto.
Lo mejor sería que hubiera la opción de que una aerolínea como Satena, por ejemplo, que opere una flota de aviones compatible con la extensión de la pista de la Nubia pudiera llegar a la ciudad. Sin embargo, hace unos años se hicieron intentos para que eso pasara y no pudo concretarse. Ahora bien, a decir verdad, las autoridades locales que, desde cuando Avianca hizo su anuncio de retiro el año pasado, debieron empezar fuertes gestiones para lograr la llegada de otro operador a cambio, lucen demasiado estáticas ante un reto tan importante. Aunque dicen que están en esa tarea, los resultados hasta ahora no se ven. El perjuicio para los manizaleños es alto en la actual coyuntura, además porque toca esperar hasta abril a que se cierre el acuerdo entre Avianca y Easyfly para que la segunda opere los pasajes que los usuarios le compren a la primera con destino a conexiones distintas a Bogotá o Medellín, en Colombia, y en vuelos internacionales.

Ante este panorama cobra mucho mayor sentido que el proyecto del Aeropuerto del Café, que actualmente avanza en su construcción. Si bien, inicialmente, será una pista de la misma extensión de La Nubia, de 1.400 metros, en el caso de la obra en Palestina está la opción futura de extenderla para que puedan operar aviones más grandes, algunos incluso de vuelos internacionales, alternativa de la que carece la pista actual en Manizales. Una ganancia, cuando opere Aerocafé, tendremos  vuelos nocturnos, con lo cual deberán bajar mucho las cancelaciones de vuelos.