Después de años de ires y venires llegó con el comienzo de año la buena nueva de que se volverán a encender las luces del alumbrado público en la doble calzada, entre Manizales y Chinchiná, una obra que estuvo congelada por cuenta de la falta de claridad de quién debía ser el responsable por el mantenimiento de la obra y el pago de la energía. Esta situación la dilucidó el año pasado el Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Caldas y luego el Consejo de Estado, al fallar una acción popular interpuesta por el ciudadano Enrique Arbeláez Mutis.
La acción judicial buscaba que se solucionara el problema y se encendiera de una vez por todas la luz, con el fin de proteger vidas en esta carretera, sobre todo, cuando se contaba ya con lo más difícil la instalación del cableado, de la infraestructura y de las luminarias. La justicia entonces le dio la razón al accionante y ordenó a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) restablecer el alumbrado público en los 16 kilómetros que administra la concesión Autopistas del Café entre Manizales y el peaje de Las Pavas.
El gerente de la concesión, Mauricio Vega Lemus, celebró que se le haya puesto fin a la discusión y anunció que la entidad contrató al Instituto de Valorización de Manizales (Invama) para que instale las 653 luminarias y reponga 16 postes que están en mal estado, además de instalar un transformador de 15 kilovatios, obras que costarán $2.000 millones. Los recursos vienen de los excedentes financieros de los peajes ubicados a lo largo de la doble calzada Manizales-Pereira-Armenia y que le corresponden precisamente a la ANI, obligada a responder por la reinstalación del servicio.
Mejor iluminación es igual a mayor seguridad vial, y por eso no debieron nunca apagarse las luminarias, puesto que mejor habría sido buscar, como en su momento se hizo, alternativas que permitieran mantener el encendido, mientras la burocracia se ponía de acuerdo. Eso funcionó durante un tiempo, pero luego la falta de sindéresis de algunos de los encargados en las entidades públicas impidió mantener esta medida, mientras la justicia se pronunciaba de fondo, como lo terminó haciendo en mayo pasado y ratificándolo en octubre.
Es increíble que un ciudadano hubiera tenido que apropiarse de la situación y llevarla a la justicia, mediante ese importante instrumento para la defensa de los derechos colectivos que es la acción popular, para que entidades públicas obligadas a prestar el mejor servicio posible a los ciudadanos tuvieran que darle solución a un tema que ayudará a la movilidad en este tramo. Las concesiones viales deben precisamente ofrecer mejores servicios cada vez y por eso la iluminación, que alguien apagó en su momento, presta su mejor servicio salvando vidas. En junio se esperan ver de nuevo encendidas esas luminarias y allí se notará la diferencia que hace una vía iluminada y que dará gusto recorrer aun en la noche.
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