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Tal como lo concluyó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), al final de su reunión de medio año, es muy preocupante lo ocurrido en el primer semestre de este año en América, donde se reportan numerosas agresiones contra periodistas, que van desde encarcelamientos, exilios forzados, ataques contra medios de comunicación, acoso judicial y asesinatos de comunicadores. 
De hecho, en lo que va del 2022 15 periodistas fueron asesinados, de los cuales 10 ocurrieron en México, 3 en Nicaragua, 1 en Guatemala y 1 en Honduras, y frente a estas situaciones hay total impunidad. En los últimos 12 meses son 24 los comunicadores que murieron en atentados violentos en su contra.
Adicionalmente, en Nicaragua, Venezuela y Cuba, principalmente, desde los gobiernos se impulsan acciones que restringen de manera grave el acceso a la información. El bloqueo, con toda clase de artimañas, a medios de comunicación que reportan los hechos haciendo uso de su deber de informar, tienen a los comunicadores de esos países en medio de un muy complejo panorama para su oficio. 
Para solo dar un ejemplo, 75 periodistas han sido forzados al exilio en Cuba y Nicaragua, 73 de ellos en Nicaragua, donde el gobierno de Daniel Ortega criminalizó la profesión. Esta es una de las razones por las cuales 27 organizaciones nacionales e internacionales emitieron una declaración en la que exigen la restauración de la libertad de prensa y de expresión en ese país, como garantes esenciales para establecer una democracia. La realidad es que los periodistas sufren una persecución sistemática, una censura generalizada, que tiene que ser rechazada con total contundencia.  
En Colombia, donde también se han sufrido por los periodistas afectaciones a su libertad de expresión, un asunto grave este año es que prescribirán 9 casos de asesinatos de periodistas ocurridos en el 2002, una época que fue especialmente violenta para nuestro país y, en la que los comunicadores sufrieron ataques desde distintos sectores violentos en el país. 
Los comunicadores de países como El Salvador también afrontan dificultades con el bloqueo de portales de internet y el espionaje desde el Gobierno a los periodistas, haciendo uso de programas especiales de software, y en Brasil se denuncian presiones del presidente Jair Bolsonaro a empresarios para que no contraten publicidad con medios que critican su gestión. 
En medio de un panorama tan sombrío surgieron algunos destellos positivos: en Honduras se cayó la Ley de Secretos que buscaba afectar la libertad de prensa, en Paraguay fue aprobada una ley de protección a los periodistas y en Puerto Rico surgieron normas para proteger las fuentes confidenciales. En Ecuador también fue positivo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) haya fallado a favor de los directivos de El Universo, en una demanda iniciada por el expresidente Rafael Correa.

La esperanza es que en los meses que quedan del 2022 la situación mejore, y que no tengamos que seguir lamentando las agresiones de todo tipo contra los periodistas en América Latina, especialmente.