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Del 10 al 14 de agosto pasado se realizó la Semana Citrícola en Manizales, en la que los cultivadores de estos frutos en la región sensibilizaron a los caldenses alrededor de la necesidad de consumir más de estos productos, pero en la que también quedó claro que en esta zona del país hay inmensas posibilidades de crecer más en este sector y ser exportadores directos de los cítricos hacia diversas regiones del mundo. De hecho, hoy estos productos llegan a los Estados Unidos, Ecuador, Martinica, Guadalupe y varios países de Europa, pero el avance podría ser más amplio, si se cumple el objetivo de doblar el área actual de cultivo.
Hoy tenemos claro que, solo superado por Santander, el departamento de Caldas es el segundo productor de cítricos en Colombia, lo cual se constituye en un importante diferenciador de la manera como es usada la tierra agrícola para el desarrollo regional y del país. Si bien el área dedicada al café sigue siendo mayoritaria, los cítricos vienen ganando espacio y podrían tener importantes oportunidades de expansión en los próximos años. 
Actualmente hay 8 mil hectáreas con cítricos en el departamento, lo cual también significa la generación de cerca de 3 mil empleos directos e indirectos, un aporte significativo a la economía y al bienestar social en la región. Los productos más reconocidos que se producen en la región son la naranja (Valencia, Sweety y Salustina), mandarina (Oneco y Arrayana) y el limón (Thaití y Eureka) y Tangelo, y la experiencia acumulada de nuestros cultivadores de esos productos es de enorme valor que debe ser reconocido por todos.
Hay que reconocer el trabajo que viene desarrollando Citricaldas para avanzar en esta dirección y consolidar a Caldas como región citrícola de Colombia. De hecho, el 30% de la producción agrícola departamental corresponde a estos frutos, que cada vez elevan también su calidad, siendo atractivos para el mercado local, nacional e internacional. No obstante, todavía hay mucho por hacer para que los cítricos de la región no solo se puedan ubicar en el primer lugar en volumen de producción, sino el cumplir las mejores condiciones en normas sanitarias y certificaciones para un mercado exportador que logre llegar a excelentes precios a todo el mundo. En esto tener cada vez mejores prácticas y girar hacia un manejo orgánico de los cultivos es fundamental.
Actualmente Caldas produce unas 160 mil toneladas al año de estas frutas, de las cuales exporta el 7%. A la luz de las políticas de apoyo a los campesinos que pretende impulsar el Gobierno Nacional, es pertinente pensar en que los propósitos de aumentar el volumen de producción y exportar cada vez más, son posibles. Lo que se espera es que se pase pronto de las palabras a los hechos y los citricultores empiecen a recibir el apoyo que se necesita, y así participar activamente en el crecimiento del comercio exterior que busca el nuevo gobierno.

Hay una creciente demanda de este tipo de productos en Europa, principalmente, lo que evidencia las amplias oportunidades que se tienen. Hay nuevas empresas en la región que pueden no solo ayudar a que la producción de calidad crezca, sino a procesar el producto de tal manera que los beneficios de la actividad citrícola tenga mejores y más positivos impactos para Caldas. El fomento y apoyo que el Gobierno Nacional entregue a toda la cadena serán clave para que nuestro campo sea el gran generador de riqueza que necesitamos.