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Nadie duda hoy en Colombia acerca de que la educación es un asunto estratégico para el desarrollo del país. No obstante, tenemos grandes problemas en materia de calidad educativa, sobre todo en los niveles de primaria y secundaria de instituciones públicas. Recientemente, en Manizales, Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional de Colombia, habló de manera directa acerca de ese problema de la educación en nuestro país, frente al cual se requieren políticas más decisivas para resolverlo.
Wasserman, en entrevista con LA PATRIA, anotó que en Colombia hemos logrado importantes avances en cobertura, al punto de que cuando él era un universitario solo el 4% de los jóvenes de su edad estudiaba, mientras que hoy se llega al 53% de los jóvenes. No obstante,el gran problema está en la calidad de la educación, sobre todo la que se imparte en primaria y secundaria públicas.  
Los resultados más recientes de las Pruebas Saber 11 son preocupantes, ya que entre los 100 primeros colegios hay 98 privados y dos públicos únicamente, y mientras que en los últimos 100 solo hay 6 privados, hay 94 públicos, lo cual evidencia las enormes inequidades que tenemos en nuestro sistema educativo, peor aún cuando en nuestro país el 80% los jóvenes estudian en colegios públicos. Es decir, la gran mayoría de nuestros estudiantes reciben una educación que no es de alta calidad.
Lo peor es que la pandemia de covid-19 agravó las cosas. Al tener que echar mano de las herramientas de la virtualidad para poder llevar educación a los niños y jóvenes, se evidenciaron más las brechas, e incluso se hicieron más profundas. Solo una minoría de estudiantes contaron con las condiciones de conectividad y equipo tecnológico para recibir el conocimiento impartido por los profesores a través de una virtualidad que tampoco sabían manejar. La gran mayoría no tuvo la posibilidad de esa conectividad, sobre todo aquellos que viven en zonas rurales y hasta en sectores deprimidos de las grandes ciudades, donde el internet es un lujo.
Esta realidad de mala calidad y creciente inequidad en el sistema educativo nos plantea enormes desafíos para la educación en Colombia. Sin duda que en las décadas recientes se han tenido avances sustanciales en la educación colombiana, pero lo cierto es que los vacíos son enormes y no se encuentran alternativas rápidas para cambiar esas tendencias. Cuando los resultados académicos de nuestros jóvenes se comparan con los de otros países, por ejemplo los de la OCDE, quedamos en la peor posición, lo cual es un lastre para el desarrollo del país.
En las universidades el panorama no es muy diferente, aunque la realidad es que universidades públicas como la de Caldas y la Nacional, que tienen sede en esta región, están bien calificadas, pero los problemas de calidad e inequidad también están presentes allí. No obstante, la gran prioridad es buscar las soluciones desde abajo, cerrando brechas y mejorando la calidad en escuelas y colegios, porque si las bases son débiles, la estructura general está en riesgo.

En el caso de Manizales y Caldas, puntualmente, preocupa que en las Pruebas Saber 11 el colegio que obtuvo el más alto puntaje ocupó el puesto 130 en el país, uno privado, con 70 sobre 100 puntos, y que el primero público de la región se haya ubicado 8 puntos por debajo en esas calificaciones (puesto 466). Más preocupante es que instituciones de Riohacha, Montería, Valledupar, Armenia, Popayán, Neiva, Ibagué y Tunja, por ejemplo, hayan obtenido puntajes más altos que los de Caldas. Inclusive el mejor del país es un colegio privado de Floridablanca (Santander) que alcanzó 80,2 puntos, lo que también demuestra que es un mito que las instituciones de las regiones no puedan destacarse y ser mejores.