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Los concejales que visitaron esta semana el lugar en Los Cámbulos en el que será construida la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Manizales, pudieron constatar que se avanza en alistar el terreno para las obras de esa importante infraestructura, pero lo que se afirma desde Aguas de Manizales y la Alcaldía Municipal es que habrá que esperar unas semanas más para el arranque oficial. Tomando en cuenta que desde noviembre del año pasado la licitación fue adjudicada, resulta evidente que va muy lento el proceso.
Sin duda que el propósito de la PTAR es muy positivo, por lo que significará en la descontaminación de las aguas del río Chinchiná, y en el impacto ambiental positivo que se tendrá en toda la región con esta obra, que corresponde a un proyecto de hace mucho tiempo que debió haberse concretado con anterioridad. El hecho de que aún no se cuente con el acta de inicio y, por tanto, que no haya un cronograma claro que indique en qué momento podrá estar funcionando, genera gran incertidumbre.
El único avance es que se trabaja en los futuros interceptores que llevarán parte de las aguas negras a la PTAR para su debido tratamiento, pero esa es una tarea que no necesariamente debe ser anterior a la construcción de la planta como tal. También se trabaja en una compensación ambiental que implica siembra de algunos árboles, pero nada más. Nos preocupa que la demora para arrancar las obras civiles se traduzca en sobrecostos que pongan en riesgo la construcción completa de la obra, o alguna otra dificultad que retrase más su concreción.
Si todo sale bien, como esperamos, y en pocos días empiezan las obras, los cálculos que se hacen es que en agosto del 2023 podría estar terminada la planta y que tras un periodo de pruebas y otros procesos previos, a finales del 2024 podría estar operando plenamente. Cuando ganó la licitación, la firma mexicana Fypasa aseguró que, con los mismo $133 mil 29 millones cumplirá con el contrato sin dilaciones ni sobrecostos; esperamos que se cumpla esa promesa y que luego podamos celebrar que el sueño de hace décadas se hace realidad.
Así las cosas, esperamos que se dé pronto el visto bueno que se exige en la licencia ambiental y que se firme el acta de inicio de obra de inmediato. Un proyecto que ha tenido varios tropiezos necesita recuperar la credibilidad y el optimismo. Definitivamente, se necesita que se le ponga el acelerador y que también se pueda compensar el tiempo perdido.

No podemos olvidar que este es un proyecto presentado por la Administración Municipal como parte del plan de reactivación económica, y su lentitud genera preocupación. Ocurre lo mismo con la falta de avances en el otro proyecto grande que fue presentado como opción de impulso al desarrollo de la ciudad, como es la Línea 3 del Cable. Desde hace rato no se conoce su estado, y da la impresión de estar paralizado, sin poder despegar.