En pasado jueves los gobernadores de Boyacá, Cundinamarca, Tolima, Santander y Caldas, además de varios alcaldes de la zona y representantes de autoridades ambientales, viajaron en lancha por el río Magdalena, desde La Dorada (Caldas) hasta Barrancabermeja (Santander), como una forma de reclamo al Gobierno Nacional para que la navegabilidad de ese afluente se garantice desde el puerto caldense. El propósito es que el proyecto no se limite a tener navegabilidad de Barrancabermeja a Barranquilla, en 652 kilómetros. Ante esto, el director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, anunció que en el 2021 se contratarán estudios y diseños para ver la posibilidad de cumplir el deseo de los mandatarios departamentales.
Tales estudios, de acuerdo por lo previsto, comprenderá mediciones batimétricas, de caudales, hidrológicas e hidromorfológicas, con el propósito de diseñar el canal navegable para la movilización de carga y pasajeros. Así se podrá dimensionar la magnitud del dragado que deberá hacerse y los costos que tendría la extensión del proyecto. De hecho, se buscará identificar puntos críticos, radios de curvatura, ancho y profundidad del canal, así como cálculos iniciales de cantidad de metros cúbicos de sedimento que deberán ser evacuados del lecho del río. Además, se deberán hacer investigaciones acerca de la capacidad portuaria y la potencial demanda que tendría el puerto que compartirían La Dorada (Caldas) y Puerto Salgar (Cundinamarca).
Debemos recordar que hace unos cinco años se firmó un contrato de concesión por $2,5 billones con el consorcio Navelena, integrado por la brasileña Odebrecht y la colombiana Valores y Contratos (Valorcon), con el que se pretendía desarrollar esos trabajos desde La Dorada, y para cuya ejecución se calculaban unos 13 años. Sin embargo, el escándalo de Odebrecht obligó a la caducidad del contrato, con lo que la esperanza de que se pudiera concretar ese objetivo quedó trunca. En un nuevo proceso que se adjudicará el año entrante, y que tendría un costo de $1,4 billones, se tienen previstas las obras desde Barrancabermeja, pero es evidente que tendría mayor sentido esta iniciativa si se pudiera consolidar desde La Dorada.
Se debe tomar en cuenta que ese cambio significará que más regiones del país puedan llevar sus productos y traer materias primas por transporte fluvial en condiciones más competitivas que las actuales. El tamaño de la carga que podría llevarse allí desde Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Caldas hasta el Caribe lo justifica. El solo hecho de que el puerto de La Dorada esté más cerca de Bogotá que el de Barrancabermeja evidencia que el potencial es grande. Con esta ampliación será posible asegurar una mayor competitividad del proyecto, que comenzaría a ejecutarse en un año. Hay que buscar alianzas estratégicas con Barranquilla.
Desde hace varias décadas se habla del puerto multimodal de La Dorada, que sería más robusto y sólido si se asegura la navegabilidad por el Magdalena. Las grandes vías 4G que llevan del centro del país a Barranquilla y Santa Martha ya están muy avanzadas, lo mismo que el tren que transporta carga semanalmente en ambos sentidos y que gana fuerza con el paso del tiempo. La infraestructura logística en el puerto caldense también se ha fortalecido. Con el rescate del transporte fluvial se tendrá una significativa reducción en los fletes, lo que disminuiría costos a los productores y generaría cerca de 100 mil empleos.
