Suena muy bonito que una región o una ciudad tenga un documento consensuado que sirva de camino para orientar su destino, en el que estén definidos los proyectos y los programas a los que irá destinada la inversión de los recursos públicos. Caldas y Manizales lograron en las horas recientes aprobar sus respectivos planes de desarrollo, en los que están plasmados esos sueños y esas aspiraciones que marcan la forma en que nos deben gobernar en los próximos cuatro años.
En el caso del Plan de Desarrollo de Caldas, quedaron allí 51 proyectos estratégicos, con recursos totales que alcanzan los $2,7 billones. En los 27 municipios se tiene la esperanza de que esta nueva brújula, a la que solo le falta la sanción del gobernador Luis Carlos Velásquez, ayude a resolver muchos de los problemas que en los ámbitos sociales y económicos se tiene en la región, y que las cinco líneas estratégicas en las que se trabajará se conviertan en resultados concretos.
El Plan de Desarrollo de Manizales también quedó listo, incluso con la sanción ayer del alcalde, Carlos Mario Marín. Ya está la hoja de ruta que deberá seguirse hasta el 2023 y cuyo valor alcanza los $2 billones, que deben ser invertidos solo en la satisfacción de las necesidades de los habitantes de esta capital, y con el propósito de tener una mejor ciudad para todos.
En la coyuntura actual, además de tener en esos planes la posibilidad de salir airosos de la emergencia de salud pública que nos plantea la pandemia de covid-19, es fundamental que todo lo que quedó allí pueda ejecutarse con el propósito de reactivar la economía y, sobre todo, generar empleo que garantice ingresos suficientes para los hogares, de tal manera que la región pueda salir adelante y edificar un mejor futuro.
La transparencia en el manejo de los recursos es otro mandato ciudadano que debe estar en primer plano y ante lo cual las comunidades deben estar atentas. Inquieta un poco que se tenga una muy alta dependencia, en ambos planes, de los giros del gobierno central vía transferencias y regalías, y la insuficiencia de recursos para reanimar la economía luego de esta larga parálisis que parece que se extenderá todavía en el tiempo.
En el contexto actual es clave que ambos planes tengan la posibilidad de ser complemento, de tal manera que iniciativas como la del Área Metropolitana, que deberá convertirse en realidad próximamente, sean expresión de los caminos de desarrollo que nos harán más fuertes. El proyecto del Aeropuerto del Café, contenido en esta área, debe ver la luz en los próximos años, y así dejar atrás esa larga frustración con la que cargamos y que nos hace ver, a veces, con poca esperanza, que lo contenido en estos planes sea realidad para el bienestar al que todos aspiramos.
Esperamos que haya un adecuado programa de rendición periódica de cuentas para seguirle el pulso a cada uno de los indicadores propuestos. La construcción de los planes contó con una interesante participación ciudadana, en particular el departamental, por lo que hay que mantener adecuadamente informados a los manizaleños y caldenses sobre el cumplimiento de lo planeado.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015