A partir del 1 de febrero del 2021 comenzará a ser reconocido en Colombia el Piso de Protección Social que beneficiará a los trabajadores del campo, y que fue promovido de manera fehaciente por el gremio cafetero. Con ello se apunta a dar pasos hacia la formalización del empleo agrícola con las respectivas prestaciones sociales, y de esa manera se avanza hacia una mejora de la calidad de los empleos y de las formas de vida para los campesinos colombianos.
Hay que reconocer que este paso está contenido en el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno del presidente Iván Duque, y que se reglamentó por el Decreto 1174 de este año. Es un paso fundamental que llevaba décadas esperando y que ayudará a que muchos campesinos que han pensado en migrar a las ciudades se queden en sus parcelas contribuyendo de manera positiva a la seguridad alimentaria del país.
Ahora bien, como su mismo nombre lo indica, se trata de un piso al que todavía le falta mucho para ser una garantía suficiente de protección a los trabajadores en materia de pensiones y frente a posibles accidentes de trabajo, entre otros asuntos necesarios. Sin embargo, es un primer paso valioso que podrá irse ampliando con el tiempo y que debe conducir a que se logre una protección verdaderamente integral para las familias campesinas, y que eso sirva para que el trabajo agrícola sea valorado en la dimensión en la que debe hacerse en nuestro país.
En un comienzo podrán acceder a este beneficio quienes devenguen menos de un salario mínimo legal mensual vigente y quienes no estén cubiertos en salud y pensión. En ese sentido, además del ahorro en Beneficios Económicos Periódicos (BEP) se tendrá un seguro inclusivo para cubrir enfermedades comunes y las relacionadas con las actividades laborales. Se calcula que entre 1,6 millones a 2 millones de personas en la modalidad obligatoria tendrán esa cobertura en el país desde febrero. Para estos, el aporte del empleador será del 15% del salario. Otros 7,5 millones de colombianos, de manera voluntaria, podrían afiliarse a este sistema para asegurar un ingreso en la vejez y obtener los beneficios de salud y seguro, como fue decretado.
El hecho de que haya varias entidades estatales coordinadas para cumplir con este objetivo es importante, y que sea Colpensiones el recaudador del dinero también debe contribuir a que los campesinos gocen sin ningún tipo de tropiezo de los beneficios que establece el decreto, como el cubrimiento por fallecimiento, con una indemnización a la familia, además de un amparo exequial de 1,5 salario mínimo mensual. De la misma manera, las compensaciones por enfermedades graves y las indemnizaciones en los casos de hospitalización prolongada.
Sin duda, hay que seguir avanzando en herramientas de bienestar para los colombianos que más lo necesitan, y que se pueda consolidar con el tiempo un sistema pensional equilibrado en el que nadie se quede sin recibir la justa compensación al final de su vida. En la medida en que se consoliden este tipo de iniciativas podremos asegurar un país con más posibilidades de alcanzar el desarrollo y la convivencia en paz.