Fecha Publicación - Hora

El miércoles fue aprobado el Presupuesto General de la Nación para el 2022, en el que se destacó un importante aumento en la inversión, pero también una cifra exagerada en los gastos para el servicio de la deuda. Una crítica que se hace es que el proyecto aprobado, que alcanza los $350,4 billones, solo contiene partidas globales, lo que impide que cualquier ciudadano pueda saber con exactitud en qué será invertida una cantidad específica de los recursos. Un punto positivo es que las asignaciones con destino a Caldas, según el secretario de Planeación del Departamento, Valentín Sierra, se incrementarán para el próximo año (pasaron de $993 mil millones de este año a $1,2 billones).

El Gobierno Nacional calificó como “histórico” este presupuesto, debido a que los recursos para inversión se incrementaron en 18,8% con respecto al 2021, llegando a los $69,6 billones, pero solo representa el 19,5% del tota del presupuesto. Lo que sí parece exagerado es que del total el 59,8% corresponde a gastos de funcionamiento ($209,1 billones) y lo destinado al servicio de la deuda, $71,7 billones, está por encima de la inversión y es casi el doble de lo asignado al sector de trabajo, por ejemplo.

Para educación y para salud, como era previsible, hay un importante incremento en los rubros, con $49,4 billones y $41,8 billones, respectivamente. Para Defensa y Policía hay una destinación parecida, de $42,6 billones. En lo relativo a educación, sin embargo, seguimos por debajo del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en cuanto a la inversión por estudiante, algo que es vital para poder desarrollarse. En salud, es natural que en medio de la pandemia de covid-19 que estamos viviendo el rubro se incremente.

Como ya es tradicional, lamentablemente, la cultura recibe una asignación exigua del 0,56% del presupuesto, muy parecido a lo que recibe la paz, de apenas el 0,6%. Sin embargo, lo que genera más contrariedad es que para ciencia y tecnología hay una caída del 20% en el presupuesto con respecto a lo destinado este año, y representa apenas el 0,33% de la inversión (serán apenas $330.519 millones). Esto es contradictorio cuando se afirma que la llamada economía naranja es estratégica. En un país que pretende avanzar en ese aspecto para desarrollarse y lograr competitividad en medio de las exigencias de pertenecer a la OCDE, un descenso en lugar de un incremento en la inversión para ciencia y tecnología tiene que ser visto como un inmenso retroceso.

Ojalá que, de todos modos, como lo asegura el minis- tro de Hacienda, José Manuel Restrepo, este presupuesto sirva para la reactivación económica, la generación de empleo, la sostenibilidad social y la reducción del déficit fiscal.

Es positivo que, en el caso de Caldas, las asignaciones se hayan elevado, lo que tiene relación directa con los dineros comprometidos por la Nación para Aerocafé. También se observa un alza significativa en el sector de Inclusión social y reconciliación, que pasa del $244.440 millones a $434.106 millones, en lo que se hace necesario un desglose más detallado para saber exactamente a qué corresponderá esa inversión, porque a simple vista parece un alza exagerada que requiere explicaciones.