Fecha Publicación - Hora

Hace cuatro años, de acuerdo con las denuncias hechas por la exsenadora prófuga Aída Merlano, ocurrieron vergonzosos episodios de compra de votos en la Costa Atlántica, especialmente en Barranquilla, hechos por los cuales la justicia requiere a la líder política, quien se esconde en Venezuela. 
Como eso es algo que podría repetirse en esta ocasión, es importante que la señora Merlano deje de huir de la justicia y regrese de inmediato al país para que les cuente aquí a las autoridades todo lo que sabe, y tal vez así evitar que se sigan cometiendo estos graves delitos electorales.
Asegura Merlano, según la declaración que ella hizo en el 2019 a la Fiscalía, que las casas políticas Char y Gerlein estaban aliadas para aportar los dineros necesarios para asegurar la elección de sus congresistas, comprando votos. Aseguró que fue testigo y estuvo presente en varias reuniones entre Arturo Char, Julio Gerlein y el contratista Faisal Cure, en donde se acordaron apoyos políticos, así como financiación con dineros de anticipos de contratos para la canalización de dos arroyos en Barranquilla, adjudicados por el entonces alcalde de esa ciudad, Alejandro Char, hoy precandidato presidencial.
El problema es que Merlano nunca aportó las pruebas para sustentar esos señalamientos tras su captura, y luego huyó de Colombia tras protagonizar una fuga de película durante un permiso que le otorgaron para ir a una cita de salud. Hace unas semanas decidió volver a hablar sobre esos asuntos, pero el hecho de estar en Venezuela, protegida por el régimen de Nicolás Maduro, deja mucho qué pensar acerca de sus verdaderas intenciones de su reaparición.
Para poder darle credibilidad a su testimonio es necesario que venga al país y que aporte las pruebas que sustenten las acusaciones a quienes habrían sido sus cómplices en estos crímenes. Mientras esté bajo el influjo de Maduro sus versiones no pasarán de ser eso, y serán interpretadas de manera muy diferente a que si las aporta de manera espontánea a la justicia de nuestro país.

Para situaciones como esta, entre otras muchas, es que sería importante que Colombia y Venezuela mantuvieran relaciones diplomáticas, así no haya compatibilidad ideológica y se tenga un gobierno autoritario en el vecino país. Colombia debe hacer todos los esfuerzos, incluso sentarse a hablar con altos funcionarios del gobierno venezolano, para traer a la señora Merlano cuanto antes a que pague por sus delitos y a que aporte elementos clave para juzgar a sus secuaces.