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Es una lástima que el año escolar comience en Caldas sin que se repartan las raciones diarias de comida a los niños y jóvenes que necesitan este complemento alimenticio para poder rendir en sus compromisos académicos. Cada año aparece un obstáculo distinto que evita que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) funcione de la manera adecuada, y eso desmotiva a cientos de jóvenes para asistir a las clases. Este problema afecta a todos los colegios de Caldas, excepto a los de Manizales, donde el proceso de adjudicación sí salió adelante.
Aunque desde la Secretaría de Educación de Caldas se aseguraba la semana pasada que todo estaba listo para el regreso total a la presencialidad, hoy no hay fecha segura para el arranque del PAE, lo que juega en contra del buen funcionamiento de las escuelas y colegios de la región, y además de que esto puede afectar la cobertura, la calidad, que se ha visto tan afectada durante la pandemia, tiene en contra un nuevo elemento con lo que pasa actualmente con los alimentos escolares.
La afectación directa es para 69 mil estudiantes que están en la lista para recibir el apoyo alimenticio, debido a las precarias condiciones económicas de sus familias. De acuerdo con los estudios socioeconómicos que se han hecho en la asignación de estos cupos de alimentación, si no fuera por esta ayuda, muchos de ellos no irían a las escuelas y colegios, y se quedarían en casa sin poderse educar y obligados a trabajar duro para ayudar a llevar el sustento diario a sus familias.
Lo más grave es que, debido a que el problema surgió a última hora, con una demanda al proceso de adjudicación del contrato por $21 mil millones, los escollos jurídicos harán que el arranque del PAE este año esté demorado. Pese a que la Unión Temporal Caldas Social fue la escogida el 18 de enero pasado para ejecutar ese contrato, la tutela interpuesta por uno de los perdedores en el proceso, la Unión Temporal Alimentando a Caldas, congeló todo el proceso, y hasta que no haya decisiones definitivas los grandes perjudicados serán los alumnos que requieren ser cubiertos por el PAE.
Para empeorar las cosas, ya el consorcio ganador anunció que un resultado negativo de la tutela para ellos los obligaría a demandar. Eso podría conducir a una sin salida jurídica que mantendría congelado el proceso y con ello los niños y jóvenes beneficiarios sin saber cuándo recibirán el alimento. Las dudas alrededor de un certificado habría sido la causa por la que quienes perdieron y hoy reclaman no pudieron recibir una fracción del contrato, como fue la sugerencia del comité evaluador. Tal situación no parece estar cerca de las soluciones, lo que es muy lamentable.
Es necesario que desde la Gobernación de Caldas se hagan todos los esfuerzos para destrabar esta situación, y que desde los consorcios también se muestre la voluntad de hallar los remedios, ya que de otra manera esto se puede volver un problema eterno, que no permitirá que el PAE pueda funcionar. Ya es demasiado que no se haya podido comenzar el primer día de clase, como para retrasar más la alimentación para los niños y jóvenes que lo necesitan.