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Desde hace un tiempo la tranquilidad viene perdiendo entre quienes visitan con frecuencia el Bosque Popular El Prado con el propósito de cambiar la rutina, recrearse y lograr un momento de unión familiar, por ejemplo. Hechos violentos que involucran principalmente a jóvenes que se citan para pelear allí o que intentan atacar a comerciantes, entre otros, han generado la zozobra y han llevado a que muchos ciudadanos atemorizados huyan de la situación y pongan en duda su regreso al parque.
Es una lástima que esto ocurra en un lugar emblemático de Manizales, envidiado por muchas ciudades que no cuentan con un pulmón verde de estas proporciones (54 hectáreas), al cual acuden todos los fines de semana cientos de personas con el ánimo de respirar aire puro, disfrutar en familia o participar en competencias deportivas. Si valoramos de manera real el privilegio de contar con el Bosque Popular es necesaria una reacción que evite que vuelva a ser escenario de violencia.
En el hecho de este tipo más reciente un grupo de jóvenes, la mayoría mujeres, intentaron saquear algunos puestos de frutas y de comida. Varios estaban armados con cuchillos y machetes, y seis fueron detenidos y llevados al Centro de Recepción de Menores y otros entregados al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Sin embargo, la situación ha venido en incremento, lo que exige la intervención contundente de las autoridades para garantizar la seguridad de los visitantes.
De hecho, en diciembre del 2018 dos jóvenes resultaron heridos cuando los intentaron atracar, en enero del 2019 un patrullero de la Policía que prestaba guardia en el Bosque fue atacado por tres sujetos armados de machetes. En abril del año pasado, se registró una pelea entre cerca de 35 jóvenes con palos, varillas y cuchillos, y en agosto fueron aprehendidos 16 menores de edad y dos adultos por participar en una riña con cuchillos y navajas. En todos estos casos se generó pánico en el parque y muchos usuarios salieron corriendo para evitar el peligro. No es suficiente con que los fines de semana se desplacen al lugar dos policías del cuadrante de La Enea a hacer una ronda pasajera. Es fundamental que se tenga una mejor vigilancia, especialmente en lugares identificados por donde ingresan delincuentes armados, sin control alguno, sería útil contar con un sistema de cámaras que alerte acerca de movimientos sospechosos, y que se generen campañas preventivas entre los visitantes del parque.
La Administración Municipal, responsable de ese lugar, debe ponerle remedio a  esta preocupante situación. Las comunidades reclaman poder disfrutar de ese sitio, como todos los lugares dedicados a la recreación, con tranquilidad. Es fundamental involucrar a los comerciantes del lugar y a quienes más permanecen en esas instalaciones con estrategias que ayuden a alertar a las autoridades acerca de lo que está pasando, y así lograr que no se repitan estos graves eventos.