Después de cerca de dos décadas en las que la Chec siempre participó en el alumbrado navideño, este 2020 no podrá realizarse su aporte, debido a desacuerdos con la Administración municipal. El año pasado, por ejemplo, el alumbrado de la ciudad tuvo un costo de $2 mil 764 millones, de los que la empresa de energía aportó cerca de $1 mil 684 millones. Esta vez el Instituto de Valorización de Manizales, Invama, apenas tiene $900 millones, y sin la acostumbrada participación de la Chec todo lleva a concluir que tendremos un alumbrado navideño muy gris.
Desde el Invama se afirma que la Corporación para el Desarrollo y gestión empresarial y social Codempresas, única proponente en la licitación que se hizo, sería la encargada del alumbrado de la ciudad, lo cual ocasionó la lógica reacción de la Corporación Cívica de Caldas para que se haga una nueva convocatoria abierta, que permita la participación de más interesados en la elaboración e instalación de este tipo de decoración navideña. Lo preocupante es que queda solo un mes para tener la ciudad iluminada en diciembre, como ha ocurrido sin falta desde hace más de 20 años.
Para hacer más opaca la posibilidad de un alumbrado digno este año en las calles de la ciudad, el aparente involucramiento en estas decisiones de la familia Espejo, de la que hace parte el gerente del Invama, suman un elemento que enrarece el panorama alrededor de lo que está ocurriendo en la Administración municipal, con la infausta injerencia de personas que no deberían estar tomando decisiones que solo le competen al alcalde y su gabinete. Por ahora la Chec solo hará presencia con algunos arreglos en la Glorieta de San Rafael y la Torre del Cable y, además, donará $650 millones a hospitales de Manizales, Caldas y Risaralda.
Un punto clave de esta situación, y más en esta época de pandemia, es que cada año se les daba trabajo a un grupo de madres y padres cabeza de familia que ayudaban en la elaboración de los motivos navideños. Con el cambio de rumbo solo se sabe que el contrato con Codempresas es para alquilar e instalar los adornos, los cuales no se sabe exactamente de dónde saldrán y quién los elaborará. Además, cada año la planeación del alumbrado arrancaba desde antes de la mitad de año y ahora son apenas semanas las que hay para resolver dicho asunto. La promesa del Invama es que estará encendido el 7 de diciembre, aunque en años anteriores el encendido de las luces fue desde el primer día de ese mes.
Es una lástima que una actividad tan querida por los manizaleños termine enredándose de la manera en que ha ocurrido este año. Esperamos que lo hecho por el Invama en esta ocasión esté a la altura de la ciudad y no sea un acto en el que se hayan jugado intereses distintos a los de brindar la mejor iluminación navideña a la ciudad. En los actuales momentos, al final de un año tan complicado y triste para todos, sería un aliciente tener bella la ciudad, bien iluminada, que genere orgullo y admiración de todos.