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Al cumplirse el primer año de la aplicación de vacunas contra la covid-19 en Colombia el balance es bastante satisfactorio, con 75,3 millones de estos biológicos aplicados, 33 millones de colombianos con inoculación completa y 7,4 millones de dosis de refuerzo aplicadas. La proporción de colombianos vacunados es similar a lo que ocurre en países europeos como Francia y el Reino Unido, según el portal Our World in Data, donde inclusive la inoculación comenzó mucho antes que en nuestro país. 
El arranque fue lento, con el bochornoso episodio de los colados, y en medio de un panorama que nos llevó a un complicado tercer pico de la pandemia con niveles de letalidad demasiado elevados y estrés excesivo para el sistema de salud, con ocupación plena de las unidades de cuidado intensivo, a mediados del año pasado. No obstante, poco a poco se aceleró el proceso de vacunación, hasta alcanzar niveles de protección que sobresalen en el contexto de América Latina.
Tal avance permitió que, cuando llegó el anunciado cuarto pico, con la extremadamente contagiosa variante ómicron del coronavirus, las cifras de contagio no subieran tanto como en la pasada ola, ni los casos graves ni las muertes alcanzaran la proporción del año pasado. De hecho, esta semana se reportó un número de contagios equivalentes a los de finales del año pasado, cuando se ganó tanta confianza frente a los retos de la reactivación que la Navidad se celebró sin mayores restricciones.
De acuerdo con cálculos del Ministerio de Salud, unos 22 mil adultos mayores de 60 años se salvaron de morir en el país, gracias a las vacunas. De hecho, entre marzo y diciembre del año pasado fallecieron 46 mil personas de ese rango de edad a causa del coronavirus en Colombia, aseguró el ministro Fernando Ruiz esta semana. 
Todavía está el reto de avanzar más rápido en la vacunación de menores de 30 años, así como en las dosis de refuerzo para toda la población mayor de 18 años. Si no surgen nuevas variantes y se mantiene el ritmo de inoculación de la población, muy probablemente en poco tiempo pueda declararse el fin de la pandemia y el comienzo de otra etapa en la que todo volverá a la normalidad, aunque con la necesidad de seguir aplicando varios de los aprendizajes de estos dos años en materia de salud pública, como el lavado frecuente de manos y el uso de tapabocas cuando se tengan síntomas de afecciones respiratorias.

En el caso de Caldas, ayer se cumplió el primer año de la aplicación de vacunas en nuestra región, y el nivel de inoculación aquí está incluso por encima del promedio nacional, lo cual habla muy bien de la estrategia implementada aquí por las autoridades locales de salud. Sin embargo, aún falta bastante para llegar al 90% del total de la población con el esquema completo, que es la meta fijada ahora, para garantizar el control de la enfermedad.