Un campus que se fortalece

El otorgamiento de personería jurídica a la nueva Fundación Universitaria Juan Pablo II, creada por la Arquidiócesis de Manizales, se constituye en un elemento adicional que fortalece nuestros cimientos universitarios, en la que se verá incrementada la oferta y variedad de programas académicos, y la posibilidad de que cada vez más jóvenes caldenses accedan a la educación superior. Si ahora se tiene una cifra aproximada de 46 mil estudiantes universitarios, muchos de ellos de otras regiones, según cifras de Manizales Cómo Vamos, esta nueva opción servirá para que el número de alumnos se mantenga en aumento, y se integren nuevos municipios a la oferta de educación superior, como un nuevo hecho metropolitano.

De acuerdo con el arzobispo de Manizales, Gonzalo Restrepo Restrepo, gran impulsor de esta iniciativa (como exrector de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín), una preocupación fundamental que tendrá la nueva universidad será llegar con su educación al campo y dotar de conocimientos y capacitación pertinente a los jóvenes que nacen y crecen en las áreas rurales, para que logren trazar proyectos de vida exitosos sin tener que abandonar sus raíces para probar suerte en los centros urbanos, lo cual se ha evidenciado claramente equivocado en numerosos casos.

Ya está definido que la nueva universidad funcionará, a partir del 2021, en las instalaciones del tradicional Seminario Mayor Nuestra Señora del Rosario, en el sector de La Florida en Villamaría, lo que constituye un campus muy propicio para una vida universitaria de calidad. Obviamente, habrá que hacer ajustes en la infraestructura de la actual edificación, para lo que ya se viene preparando todo el equipo líder del nuevo centro educativo. Además, a partir de este momento y hasta la fecha de apertura los directivos de la institución deberán emprender el proceso de acreditación de los cinco programas con los que comenzaría a funcionar, y poder así tener propuestas concretas y debidamente estructuradas para los jóvenes que ese año estén buscando empezar estudios superiores.

Los primeros programas que se tendrían allí son Teología para laicos y religiosos, Comunicación social y marketing digital e Ingeniería agroindustrial, con duración de cuatro años. Además, dos carreras técnicas enfocadas en el Manejo de tierras y en Ingeniería alimentaria. Frente a esta propuesta es importante que se analice bien el mercado, para que se planteen opciones novedosas, que no haya repetición en ofertas que ya están en otras universidades, como es el caso de la Comunicación social y el periodismo, en lo que ya otras dos instituciones tienen programas.

Lo cierto del caso es que la zona metropolitana gana mucho al contar con una nueva universidad, y que personas experimentadas y conocedoras de la educación estén al frente del proyecto. El campus universitario se fortalece, y al estar la nueva universidad inmersa en un ambiente en el que el 80% de los estudiantes se forman en instituciones certificadas de alta calidad, plantea desafíos que harán que se cualifique con rapidez. En este sentido, hay que valorar la reciente reacreditación institucional de la Universidad de Manizales, que recibió elogiosos comentarios de sus pares académicos en su evaluación.

Los avances logrados en los últimos tiempos por la Universidad de Caldas, la Autónoma, la Católica, la Luis Amigó y la sede de la Universidad Nacional, por ejemplo, consolidan cada vez más un alto nivel en el contexto educativo del país. Si la Unesco nos acepta próximamente como Ciudad del Aprendizaje, se beneficia toda la zona metropolitana, crecerá nuestra calidad de referente de educación de alta calidad, de excelente ambiente universitario y de lugar privilegiado para el conocimiento. Faltan ajustes para prestar mejores servicios y beneficios a los estudiantes, sobre todo a los de afuera, para que las ventajas competitivas en ese sentido nos caractericen en Colombia y América Latina.