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El primer día sin IVA en Colombia dejó Aprendizajes que será necesario tener en cuenta para las próximas dos fechas similares que se avecinan. Sin duda, se cumplió el objetivo de reactivar el comercio que, durante los primeros meses del año, la pasó muy mal por cuenta de la cuarentena obligatoria en la que entró el país en marzo, como medida de contención de la pandemia de covid-19. Sin embargo, lo que también ocurrió es que se puso en riesgo la manera controlada como se ha venido manejando la emergencia sanitaria en el país para evitar que los contagios se disparen. 
 Ventas superiores a los $5 billones en un solo día, como lo informó el Gobierno Nacional, constituyen un gran impulso para una economía que viene sufriendo bastante a causa de las restricciones a las que ha obligado la pandemia. El informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) según el cual la economía cayó en abril en un 20%, es algo que enciende las alarmas acerca de la sostenibilidad económica en esta época y que justifica totalmente que se busquen alternativas para reactivar todos los sectores. 
 No obstante, para los próximos 3 y 19 de julio habrá que corregir aspectos que no funcionaron muy bien esta vez, y que llevaron a la gente contra la corriente de la pedagogía de autocuidado que hemos tenido durante este tiempo. En varias ciudades se vieron aglomeraciones en almacenes, lo cual podría tener consecuencias negativas en cuanto a las cifras de personas contagiadas, ya que justo en este momento hay una dinámica acelerada de expansión de la enfermedad en el país, sobre todo en la Costa Atlántica, Valle del Cauca y Bogotá. 
 En Manizales también hubo algunos desórdenes en el centro, pero en general se aplicaron los protocolos de salubridad necesarios y las personas actuaron con buena disciplina, con los respectivos tapabocas y distancia social. En el caso específico de esta región esperamos que lo ocurrido hasta el momento se mantenga y no vivamos situaciones que nos pongan en aprietos. Si bien, al parecer, tenemos un número suficiente de unidades de cuidados intensivos, el objetivo es no tener que usarlas. 
 Como sea, sí se cometieron errores que pueden resultar costosos en materia de salud, una buena parte de las personas dieron más importancia a la posibilidad de un descuento que a su propia salud. Casos como el del Alkosto del barrio Venecia, de Bogotá, que debió ser cerrado por la Policía ante los desórdenes, son situaciones que no se pueden repetir. También fue lamentable ver escenas similares en Barranquilla y Cali, donde la pandemia se pasea a sus anchas y seguramente acelerará su ritmo de expansión. 

 No solo se trata de reactivar la economía, para proteger las empresas y los empleos, sino que los protocolos de salud pública que venimos aplicando deben respetarse. Habrá que fomentar mucho más el comercio electrónico, usar estrategias que les permita a los compradores separar los productos desde antes del día sin IVA y tomar medidas que mantengan algunas restricciones en la salida de las personas, para mantener el control.