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De 6:00 a.m. a 8:00 p.m. se realiza hoy en Manizales el Día sin carro y sin moto obligatorio, con el que se busca generar conciencia alrededor de la importancia de fomentar los modos alternativos de transporte y la protección del medioambiente. Este loable objetivo, sin embargo, no se cumple infortunadamente, como se ha demostrado en jornadas similares de años pasados, en los que en lugar de bajar las emisiones de gases tóxicos aumentaron en la ciudad, debido a que los vehículos de transporte público, que sí podrán funcionar, son los que màs contribuyen con la contaminaciòn por el tipo de combustibles que usan y por el deficiente mantenimiento que recben.

Desde la Administración Municipal se explica que su realización corresponde a la fecha oficial del Día Mundial de la Bicicleta que hasta el 2018 se conmemoraba el 19 de abril, pero que las Naciones Unidas cambiaron para el 3 de junio hace tres años. La idea es que los manizaleños hagan uso hoy de bicicletas u otros medios alternativos de transporte que no usen combustibles fósiles, que caminen o solo utilicen los vehículos de transporte público. Otra opción es que en empresas, entidades públicas y colegios se opte por el trabajo o el estudio desde casa en la medida de lo posible.

Pese a que el propósito es positivo al buscar que los ciudadanos reflexionen acerca de la importancia de involucrar en la vida diaria acciones que propendan por la protección del planeta, el hecho de que se realice un viernes resulta bastante perjudicial para el comercio y el turismo, cuyos ingresos dependen en buena medida de las actividades que realizan en la víspera del fin de semana y que esta vez quedarán paralizadas en gran medida. Además, no tiene sentido que, sin recuperarse aún de la pandemia, y cuando el pasado fin de semana hubo Ley Seca y otras restricciones por la primera vuelta de elección presidencial, se sume la jornada de hoy.

La reflexión que surge en un día como hoy es alrededor de las deficiencias de nuestro transporte público, porque sería muy positivo y valdría la pena que se tuvieran este tipo de jornadas, inclusive varias veces al año, si contáramos con un sistema de transporte público que además de eficiente, cómodo, económico y moderno fuera limpio en materia ambiental y funcionara de tal manera que se hiciera un mejor uso de las vías de la ciudad.

No obstante, la realidad es que en casos como el nuestro el remedio resulta más caro que la enfermedad, porque la misma Corpocaldas ha constatado que ambientalmente es una jornada perjudicial, o por lo menos sin efectos reales. Además, siempre en estos casos es fundamental que la Administración Municipal convoque a todos los posibles afectados a concertar con ellos el mejor momento para ejecutar este tipo de campañas, y lograr que sea realmente un propósito de ciudad.

Más que este tipo de actividades que, como en este caso, generan más desazón que empatía en gran número de ciudadanos, lo que debe hacerse es adecuar la infraestructura de la ciudad para hacerla cómoda y segura para los caminantes, así como avanzar en la puesta en marcha de un sistema de transporte que, por sus características, sea atractivo para los manizaleños, de tal manera que prefieran usarlo en lugar de salir en sus carros y motos diariamente.