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Desde 1993, como iniciativa de las Naciones Unidas, el 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa, como una manera de exaltar a los periodistas comprometidos con la verdad, pese a los peligros que frecuentemente se ciernen sobre su vida. De hecho, en este 2022 el enfoque de la conmemoración es el periodismo bajo el asedio digital, con lo cual se busca exaltar la repercusión de las nuevas tecnologías en la libertad de prensa.
En el caso de América Latina, el panorama es desconsolador tomando en cuenta el grado de violencia al que se enfrentan todos los días los periodistas en países como México, Nicaragua, Cuba, Venezuela, El Salvador y Brasil, para solo mencionar los casos más graves. En numerosos casos, los mismos gobiernos se encargan de estigmatizar a los periodistas que se atreven a cuestionar a presidentes, por ejemplo.
Un reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por ejemplo, evidencia la ocurrencia de graves faltas en todo el continente que afectan el libre ejercicio de la libertad de prensa. Tal es el caso de un software de rastreo llamado Pegasus, usado por el gobierno de El Salvador para vigilar a periodistas y medios de comunicación, así como el bloqueo de portales de internet y censura permanente a medios en Venezuela y Cuba.
Adicionalmente, la organización Reporteros Sin fronteras asegura que actualmente unos 10 periodistas están encarcelados en el continente, lo que evidencia la manera en que se criminaliza la prensa en la región. Esa misma organización muestra que Costa Rica (5) y Uruguay (18) son los dos únicos países en los que es seguros para ejercer la profesión, mientras que los casos de Honduras y Cuba son vergonzosos, en los puestos 151 y 171, respectivamente, entre 180 países en los que se analizó su libertad de prensa. Ahora bien, en esa misma clasificación Colombia, en el puesto 134, es el quinto peor país de América para ejercer el periodismo.
Por fortuna, siempre los periodistas y los medios responden con resiliencia, y hay múltiples iniciativas que en distintos lugares del mundo buscan luchar de manera permanente por la defensa de la libertad de prensa y la libertad de información, en franco desafío a la creciente represión y censura. Líderes mundiales como el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump han tratado de pisotear estos derechos, pero la fuerza de los comunicadores se mantiene firme, pero hoy se exige una respuesta global para proteger a quienes trabajan por revelar verdades.

En ese sentido es muy significativo el mensaje del papa Francisco, ofrecido el domingo pasado en la Plaza de San Pedro. El pontífice rindió homenaje a los periodistas que han muerto o han sido encarcelados en el cumplimiento de su deber. “Rindo homenaje a los periodistas que pagan personalmente por servir este derecho”, dijo, y recordó que el año pasado en el mundo 55 periodistas fueron asesinados y más de 350 encarcelados por razón de su oficio.