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A partir de mañana vuelven las clases presenciales en los colegios y universidades públicas del país, y en Caldas y Manizales todo está dispuesto para ello. La educación con ayuda de las tecnologías, que fue la tabla de salvación durante las primeras etapas de la pandemia de covid-19, quedará en el pasado, y solo como una herramienta complementaria en algunos casos en los que resulte ser la forma óptima de llevar contenido a los estudiantes. 
Lo que es claro es que los problemas de conectividad y la poca preparación de los profesores para aprovechar estos recursos tecnológicos se han visto reflejados en problemas para la calidad de la educación, así como en dificultades alrededor de la salud mental de los estudiantes y de los mismos maestros, además de profundización de las inequidades de acceso entre los alumnos. Por ello, es muy importante el regreso a las aulas de clase, para comenzar a superar todos los efectos adversos que se han dado durante los casi dos años de efectos negativos de las normas de aislamiento durante la actual emergencia sanitaria.
Para esta ocasión no hay limitaciones de aforo en los colegios, y la idea es que haya normalidad en las clases, con un 100% de presencia de los estudiantes. Para que sea una experiencia segura y sostenible, resulta fundamental que se respeten los respectivos protocolos de bioseguridad, referentes, principalmente, al uso permanente del tapabocas y el lavado de manos frecuente. El distanciamiento social tendrá que ser buscado con mucha creatividad de los profesores, buscando espacios de educación que no se limiten a las aulas, y con ventanas abiertas que permitan la circulación del aire.
Las comunidades educativas esperan que los gobiernos nacional, departamental y municipales hayan cumplido con las adecuaciones en los colegios, las dotaciones de los baños y el establecimiento de los debidos protocolos de bioseguridad para garantizar que las actividades académicas se podrán llevar a cabo sin mayores riesgos. Desde las administraciones de Caldas y Manizales, específicamente, se afirma que todo está dispuesto para evitar los riesgos de contagios de la enfermedad.
Lastimosamente, el calendario escolar arranca sin que se haya podido concretar la entrega de alimentos a los niños y jóvenes de Caldas, como debió hacerse desde el primer día. Si bien, la responsabilidad no se le puede endilgar solo a la Gobernación de Caldas, sino a situaciones jurídicas surgidas a última hora esta semana, que frenaron la adjudicación del contrato, es una lástima que algo tan importante para los estudiantes esté aún en el limbo.
Ahora bien, no puede darse marcha atrás, porque el retorno a los colegios es una prioridad, y surge como desenfocada la actitud de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) de oponerse al regreso, cuando es tan evidente que los alumnos quieren y necesitan volver a las sedes educativas. 
Ya, tanto los estudiantes como los profesores, deben estar vacunados en casi el 100%, por lo que la protección biológica debe funcionar. Adicionalmente, la aplicación correcta de los protocolos de bioseguridad debe impactar favorablemente en la contención de la pandemia. Es entendible la preocupación ante la presencia de la variante ómicron en nuestro medio, pero también es evidente que las personas vacunadas logran superar los contagios sin mayores inconvenientes, por lo que la fórmula para evitar que la emergencia se agrave todos la conocemos.