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La cifra es elocuente: el 33% de los accidentes de tránsito en los últimos 15 meses en Manizales corresponde a vehículos del transporte público. La cifra es más sorprendente aún si se toma en cuenta que apenas el 2,6% de los automotores matriculados en la ciudad prestan el servicio público, así sea claro que los vehículos públicos circulan más que los privados. Cuando un ciudadano decide usar un vehículo de transporte público confía su seguridad y su vida a quien va al frente del volante, y es grave que haya una mayor posibilidad de sufrir accidentes si se opta por esta decisión que debería ser la más segura de todas.

De acuerdo con los datos obtenidos por LA PATRIA, cuyo informe fue presentado ayer en las ediciones impresa y digital, durante ese lapso, que comienza desde el 1 de enero del 2021, se contabilizan 8 personas muertas y 210 heridas, en 941 accidentes en los que se han visto involucrados carros de servicio público. Los taxis son los que, en proporción, más participan en este panorama de accidentes, con un total de 294 choques simples y otras situaciones más graves en las que se contabilizaron 3 muertes y 119 heridos durante el periodo de tiempo analizado.

Hay que decir también que este diario pudo informar esta dura realidad, luego de presentar un Derecho de Petición a la Secretaría de Movilidad Municipal. Lo que más preocupa de la respuesta obtenida es que esa dependencia no conozca en detalle lo que ocurre con los accidentes de tránsito que involucran al servicio público, y que tengan que ser los periodistas de este medio de comunicación los que tengan que tratar de entender lo que está pasando con este grave problema en la ciudad. Hay que anotar que tampoco las empresas transportadores facilitaron los datos requeridos.

Los ciudadanos tienen el derecho a la garantía de un transporte seguro cuando usan vehículos de servicio público. Por un lado, las empresas tienen la responsabilidad de brindar un servicio de calidad y seguro, y por ello preocupa tanto que se contabilicen, al menos, 33 vehículos que no tienen SOAT, no cuentan con revisión técnico-mecánica, o que sus conductores tienen acumuladas multas por diversidad de sanciones sin pagar. Eso es algo totalmente inadmisible en un servicio público de transporte.

Al mismo tiempo, es el colmo que la oficina que debería monitorear todos estos asuntos y anticiparse en sus acciones para evitar accidentes, desconozca estos datos. Una de sus labores principales debería ser verificar que esos vehículos estén al día en lo legal, los conductores sean idóneos y responsables y que todo, en general, se encuentre en regla. No hay disculpa para que la Secretaría de Movilidad no sepa integralmente qué ocurre con el tránsito en Manizales. No se trata solo de gastar dinero en campañas, sino que los funcionarios de esa dependencia tienen que entender lo que está pasando y actuar oportunamente. De otra manera, no será posible lograr que este tipo de accidentes, en los que la vida de los pasajeros se perjudica, puedan descender.

Otro dato que inquieta, y sobre lo cual hay que reaccionar de manera más clara, es que se tengan hoy en Manizales 228.728 vehículos matriculados (5.933 son públicos), cifra que sobrepasa necesariamente la capacidad de las vías con las que cuenta la ciudad. Esta realidad tiene que conducirnos a profundas reflexiones sobre la manera de reaccionar frente a un parque automotor creciente, y llevarnos a acelerar las decisiones para controlar de mejor manera el tránsito y evitar las congestiones que son ahora más frecuentes.