Después de mucho tiempo de trabajo buscando consolidar un producto turístico en Caldas, con políticas públicas claras y articuladas, parece que ese camino empieza a tener ya una dirección definida y con propósitos coordinados. Las acciones emprendidas por la Secretaría de Desarrollo, Empleo e Innovación de Caldas con la Universidad Católica de Manizales apuntan hacia ese objetivo.
Ocho municipios caldenses (los del Oriente y Magdalena Caldense, Villamaría, Manizales, La Merced y Viterbo) que desde antes trazaron metas de turismo en sus planes de desarrollo y tomaron ventaja, podrán articular sus propósitos a una estrategia más amplia que ahora se impulsa para los 19 municipios restantes, los cuales pertenecen a cuatro subregiones que tienen previsto desarrollar vocaciones turísticas bien articuladas, con proyectos ancla que resulten complementarios, variados y atractivos para los visitantes.
En términos generales, se busca que actividades tradicionales como los paseos a caballo, el canotaje, la visita a monumentos históricos, la ruta de la panela y del café, los embalses al oriente del departamento y la gastronomía de las subregiones hagan parte de todo un paquete que llame la atención de los turistas, que podrán contar con una especie de brújula de visita, que le promete y le cumple con variedad y calidad en el servicio. Los concejos municipales y la Asamblea de Caldas deberán ahora estudiar las propuestas y darles el aval.
Es evidente que Colombia ha ido ganando espacio como destino turístico internacional, con un creciente número de visitantes internacionales, y Caldas y el Eje Cafetero también se han proyectado como destino nacional e internacional, pero esa realidad exige que estemos a la altura de las expectativas. Además de fijar vocaciones claras y de conformar una sólida estrategia turística, hay que mejorar ostensiblemente las vías, para que sea agradable y fácil viajar por Caldas. El impulso del bilingüismo también es clave.
Hay que aprovechar el interés de Fontur y de otras entidades nacionales por fomentar destinos turísticos como el nuestro, para así fortalecer la infraestructura turística, la promoción del destino y la competitividad. Desde la Gobernación ya hay significativas inversiones en el Malecón de La Dorada, ell Mirador de la Cruz de San José, el bulevar de Belalcázar y el Centro Cafetero de Chinchiná. Esas son buenas iniciativas que tendrán más éxito en la medida en que el paquete turístico completo atraiga más visitantes.
Si hoy, con las debilidades que se tienen, hay empresarios del turismo que sorprenden con sus exitosos emprendimientos, con los que también generan empleos y dinamizan la economía regional, podremos esperar resultados muy positivos si se logra, por fin, tener una coherente política departamental que aproveche de mejor manera toda la riqueza con la que contamos en esa materia.
