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El primer periodo de sesiones ordinarias que acaba de culminar fue el mismo para el Concejo de Manizales que para la Asamblea de Caldas. Comenzó a inicios de enero y fue clausurado el jueves, pero mientras en el Concejo le dieron trámite completo -dos debates- a cada uno de los ocho proyectos de acuerdo radicados por el alcalde, Jorge Eduardo Rojas; en la Asamblea solo surtieron el primer debate de dos proyectos de ordenanza, uno de autoría de diputados para establecer la celebración de los 100 años de Marquetalia, y otro que radicó el gobernador, Henry Gutiérrez, para autorizar vigencias futuras por unos $52 mil millones que se destinarán al funcionamiento.

Hacer control político es otra función de concejales y diputados electos, y en ello dice haberse concentrado la Asamblea, igual que en sesiones descentralizadas; sin embargo, el Concejo también lo hizo. La diferencia es que la Asamblea inició ayer un periodo de 15 días de extraordinarias, decretadas por el gobernador, todas pagas, para seguir el trámite de los dos proyectos, presentará uno nuevo de modificación al presupuesto, podrán hacer control político y gestionar proposiciones. Se planteará hacer una sesión reservada sobre seguridad en Caldas, que preocupa a varios diputados.

Alcaldía y Gobernación tienen ritmos bien diferentes, pero la velocidad paquidérmica del Departamento viene afectando hasta la parte administrativa. Cuentan que hay mucho contratista que no ha podido empezar porque se ha centralizado la labor en construir el Plan de Desarrollo. También hay preguntas como por qué en el periodo que concluyó, el gobernador no presentó el proyecto de recursos del balance, esos dineros que se dejan de invertir el año anterior y deben ser incorporados al presupuesto.

La intensa agenda que cumplió el Concejo incluyó la creación de nuevas dependencias como la Oficina de la Internacionalización y las gerencias de la Noche y de la Galería; la regulación en la ciudad del consumo de sustancias psicoactivas; modificación al Presupuesto anual; autorización para disponer de vigencias futuras; pago a los ediles; conceder facultades temporales al alcalde para modificar la estructura de entidades descentralizadas; otorgar beneficios tributarios para fomentar la creación de empresas y empleos; establecimiento de zonas naranja para el parqueo en espacios públicos.

Ojalá que la Administración municipal conserve esta dinámica y no se quede en flor de un periodo, en aquello de que escoba nueva barre bien, porque lo aprobado por el Concejo claramente debe generar mejoras en la ciudad. Lo que se espera de la Administración departamental es que pase ya al diseño de proyectos que también permitan ver cambios en el departamento, así la Gobernación sea de la misma línea de su antecesor. Cuatro años del periodo de mandatarios, concejales y diputados pasan muy rápido.