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Hasta ayer tenían plazo los funcionarios públicos que quieran aspirar a algún cargo de elección popular el año entrante para renunciar y que su decisión fuera aceptada. Eso quiere decir que quien no haya recibido aún una respuesta positiva en este sentido, prácticamente, ya estaría inhabilitado para ir en busca de una elección para concejo, asamblea, una alcaldía o la gobernación departamental.
Hasta ayer se tenía claro que en la Gobernación de Caldas se habían concretado las renuncias de Valentín Sierra, quien se desempeñaba como secretario de Planeación; Jhon Jairo Castaño, exsecretario de Gobierno, y Paula Andrea Toro, exsecretaria de Desarrollo, Empleo e Innovación de Caldas. Ayer, a última hora, se supo de la dimisión de Jorge Tovar, quien estaba al frente de la Secretaría de Integración y Desarrollo Social, quien aspiraría a la Alcaldía de La Dorada. También se dio la renuncia del gerente de la Industria Licorera de Caldas (ILC), Luis Roberto Rivas. De Sierra se especula que buscaría la Gobernación igual que lo hará Rivas, mientras que Castaño quiere ser alcalde de Neira y Toro aspirará a la Alcaldía de Manizales.
En la Administración Municipal de la capital caldense también se han dado movimientos, todos ellos con algún grado de polémica. Guillermo Orlando Sierra, quien estuvo apenas dos meses en la Secretaría de Educación se va, pero no tendría aspiración política. Tampoco lo descarta el exsecretario de Hacienda Jhon Alexánder Alzate, quien curiosamente sale cuando se discute el presupuesto del 2023 en el Concejo, y Carlos Alberto Arias, quien estaba en la Secretaría del Deporte, también renunció, con la particularidad posiblemente ilegal de que los canales de comunicación de la Alcaldía fueron usados para anunciar su candidatura a la misma Alcaldía.
En la Asamblea Departamental, donde legalmente todavía los aspirantes no tienen que renunciar, se han dado dos movimientos, debido a que los diputados que pertenezcan a mesas directivas son ordenadores del gasto y eso sí los podría inhabilitar. Es el caso de Mauricio Londoño, quien se desempeñaba como presidente y ahora buscará la Gobernación, y de Jackeline Vélez, quien era vicepresidenta y aspirará a la Alcaldía de Neira.
Los casos de la Alcaldía de Manizales vale la pena analizarlos de manera más precisa, porque es llamativo que Sierra se vaya cuando apenas comenzaba su gestión, lo que indica que las cosas no están funcionando bien allí, y esto parece confirmarlo las explicaciones dadas por el exsecretario de Hacienda acerca de su salida en un momento tan crítico, en el sentido de que lo hizo por tener diferencias con el alcalde, Carlos Mario Marín.
Así se va decantando el panorama de las aspiraciones a las distintas posiciones de elección popular del próximo 29 de octubre del 2023, cuando llegarán nuevos mandatarios municipales y departamentales en Colombia, y se renovarán los concejos municipales y las asambleas departamentales, igual que las juntas administradoras locales.

Llegarán en los próximos meses, seguramente, otras caras y otros nombres y se tendrá que surtir un debate político alrededor de las necesidades de continuidad o cambio en las actuales administraciones, y serán luego los ciudadanos los que asumirán la responsabilidad de elegir de manera responsable, sin repetir hechos como lo ocurrido con el ya exsenador liberal Mario Castaño, quien perdió la curul y le quitó esa posibilidad de representación a Caldas en el Congreso de la República, por sus graves delitos.