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Se inició el Fenómeno de El Niño y eso significa aumento de las temperaturas y alteraciones meteorológicas. En Colombia, pronostica el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), las regiones más afectadas serán Caribe, Pacífico y Andina donde se encuentra Caldas. Prevén que el Fenómeno vaya hasta mediados del 2024 o que se extienda más. Para estas épocas es que se hace necesario contar con una vegetación consolidada en campos y ciudades, que se pueda defender de los embates del cambio climático y proteja a las personas.
Sin embargo, parece que El Niño nos cogió sin prepararnos y ahora sí se acude a sortear situaciones para salvar árboles y plantas en parques, avenidas y otros espacios públicos, que por falta de mantenimiento o debido a su vejez están a punto de colapsar. Si a hoy se tuvieran áreas verdes establecidas por políticas públicas ambientales, con recursos asignados y dolientes a su cargo, otro sería el panorama para lo que se viene. Los árboles, además de producir oxígeno y purificar el aire que respiramos, captan agua y reducen la temperatura del suelo, entre otras importantes funciones para los ecosistemas.
Muchos gobiernos han sido indolentes, a pesar de haber ondeado banderas ambientalistas desde su llegada al ejercicio administrativo y de prometer ejecuciones en esta área a través de metas relacionadas en los planes de desarrollo. A punto de concluir los mandatos, no hicieron lo suficiente ni lo requerido desde lo técnico para mantener en buen estado las áreas verdes. Por esto es que reciben ahora reclamos de las comunidades, que contrario a ver arborizaciones y ornato en los espacios públicos, perciben es un inmenso riesgo al estar cerca de este tipo de vegetaciones en mal estado.
El 17 de junio de este año en el Parque Santander de La Dorada, por el desprendimiento de un árbol resultaron lesionadas nueve personas, como lo publicamos esta semana en un informe en el que se detalló además lo que está sucediendo en Anserma, Marquetalia, Pensilvania y Riosucio con el mantenimiento de los árboles y la falta de acción de las autoridades, aunque desde las alcaldías responden que sí han hecho intervenciones e inversiones. Sin embargo, hay casos en los que cuando por fin acudieron a resolver, ya era tarde y tuvieron que irse a la dolorosa tala.

Otra medida criticable es la poda exagerada que muchas veces se les hace a los árboles. Es un proceso necesario, es cierto; sin embargo, hay que ejecutarlo con toda la técnica para que las especies no sufran y se mantengan firmes y sin problemas fitosanitarios. La Alcaldía de Manizales y la Gobernación de Caldas tienen creadas en sus estructuras de trabajo secretarías de Medio Ambiente, desde allí se debería estar dando cátedra y sirviendo de apoyo al resto de municipios sobre cómo atender estas funciones, porque lo que pase ambientalmente en una zona afectará a sus vecinos y al departamento. Ojalá no sea tarde para actuar.