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Curitiba, en Brasil; Benidorm, en España; Trieste, en Italia; San Luis de Potosí, en México; Caldas de Reis, en España; Cork, en Irlanda, son solo unas cuantas ciudades del mundo de las muchas con las que la Alcaldía de Manizales y otras entidades de la ciudad han establecido convenios de hermanamiento y alianzas buscando apalancar iniciativas. El más reciente es con República Dominicana, para otorgar 10 mil becas que permitirán a dominicanos cursar estudios en instituciones de educación superior colombianas, 70, inicialmente, serán en la capital de Caldas a través de las universidades Autónoma, de Caldas, Católica y de Manizales.

Es un logro para el sistema universitario de Manizales. Una oportunidad para darse a conocer en ese país y en otros del Caribe y Centroamérica con el propósito de difundir los programas de pregrado, maestrías, especializaciones y doctorados con la calidad demostrada acá. Casi el total de estas becas serán de formación virtual. El programa se dirigirá, en un principio, a personal de entidades del Estado dominicano (alcaldes y miembros de la Fuerza Pública), lo que seguramente servirá para atraer a más estudiantes y ampliar la cobertura, incluso a través de becas presenciales.

Convenios como este permiten sin aspavientos mostrar a Manizales como un destino académico y turístico, y por qué no en otros renglones como la salud y el metalmecánico, en los que somos fuertes. Hay alianzas de muy ingrata recordación, pero que hay que evocar para no repetir errores, como el memorando de entendimiento para establecer relaciones diplomáticas mutuas con Liberland, la nación inexistente con la que el exalcalde Carlos Mario Marín y algunos de sus colaboradores más cercanos difundieron. Supuestamente estaba dirigido a la enseñanza del inglés a 5 mil personas; sin embargo, terminó siendo un fraude y el hazmerreír en el país y en el mundo.

La prenda de garantía del convenio con Dominicana es que fue tramitado desde hace un año a través de las embajadas de los dos países, y a su presentación asistieron el mes pasado delegados del programa Manizales Campus Universitario y de la U. de Manizales. Otro punto a favor es que se trata de un convenio de largo aliento, que podrá traer más adelante a dominicanos a estudiar a la ciudad y a otras actividades de interés. Ya el año pasado la ciudad logró un hermanamiento universitario con Temuco, en Chile, el cual se ha cristalizado con visitas e intercambios.

Son pasos a la globalización, en la que están poniendo los ojos los gobiernos del mundo para gestionar recursos a través de otros países y no depender exclusivamente de los giros de la Nación, compartir experiencias exitosas, vender en el extranjero lo que hacen las ciudades. En esto empezará a trabajar Manizales, ahora que el Concejo le aprobó al alcalde Rojas la creación de la Oficina de la Internacionalización, dependencia que tendrá que empezar por esculcar en el archivo municipal para establecer cuántos convenios siguen vigentes o perecieron tras las fases protocolarias, lo que no sucederá del que empezará con Dominicana, porque hay institucionalidad detrás suyo.