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El gobernador de Caldas, Luis Carlos Velásquez Cardona, cerrará su periodo como mandatario con el pie izquierdo y manchado por las últimas decisiones con respecto a la Industria Licorera de Caldas (ILC), considerada para el departamento la joya de la corona. A menos de dos meses de dejar el Palacio Amarillo decidió declarar insubsistente a Andrés Elías Borrero Manrique, hasta el miércoles gerente de la ILC, y según estableció este diario también habría pedido la renuncia a 10 personas más.

Es facultad de todo gobernante disponer de los cargos de libre nombramiento y remoción, según considere, como esta Gerencia; pero remover a una persona a tan pocos días de culminar una Administración no es sensato para el Departamento ni para la empresa. Mucho menos cuando la Gobernación no da mayores explicaciones de la declaratoria de insubsistencia, solo que fue por razones administrativas. Borrero fue un gerente que, según indicadores de la ILC, estaba desempeñando bien sus funciones. Sin embargo, en abril de este año el gobernador hizo un primer intento de separarlo del cargo, y la presión de distintos sectores logró frenarlo.

En ese entonces quedó en entredicho si los cambios que estaba haciendo Velásquez, no solo en la ILC sino también en la Gobernación, eran decisiones administrativas o era cierto que tenían un trasfondo político a favor del lizcanismo como lo insinuaron personas despedidas. Hoy vuelve la misma sospecha, al menos así lo está entendiendo Sintrabecólicas, uno de los tres sindicatos de la ILC, que con preocupación ve además que se haya removido a Borrero a punto de iniciar el empalme para que se posesione el nuevo gobernador de Caldas, Henry Gutiérrez Ángel, con quien tuvieron una conversación esta semana y les dio un parte de tranquilidad de que no iba a llegar a hacer una barrida de personal.

Frente a todo esto algún organismo de control ya debería estar actuando para resolver si se decidió con tintes políticos y no por razones técnicas. Más preocupante todavía que el gobernador electo haya asegurado a este medio que sostuvo una reunión con Velásquez en la que quedó claro que iban a tomar una decisión conjunta con respecto a la ILC. El interrogante es, o el gobernador está haciendo de las suyas sin cumplir su palabra o Gutiérrez no está diciendo la verdad. El jueves el mandatario electo sostuvo que no sabía nada y que se estaba enterando de la situación.

Velásquez sigue insistiendo en acudir a las interinidades, algo muy repetido en estos cuatro años. Designó como gerente encargado de la ILC al secretario de Hacienda Departamental, Jaime Alberto Valencia Ramos, que tampoco da mayores explicaciones. Por el bien de las finanzas del departamento ojalá que esto no tenga que ver con pasar cuentas de cobro después de las elecciones. Estas ya terminaron y las decisiones deberían pensarse en el bien de todos los caldenses. Lo mejor para la Licorera y para el departamento es tener allí a personas idóneas y no personas que no tienen la experticia en lo comercial, que es la mayor fortaleza ganada en la destilería en los últimos años.