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Ya completa seis años Colombia sin un laboratorio avalado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), desde que esta entidad suspendió la acreditación con la que contaba el Laboratorio de Control, que se ubicaba en Bogotá. Desde entonces no se ha logrado superar la calidad para cumplir con el sistema de evaluación que se tiene para garantizar que quien verifique las muestras que se tomen a los deportistas cumpla con todas las exigencias. Además, que sea idóneo para poder mantener lo más limpio posible del consumo de sustancias prohibidas el deporte colombiano.
Es increíble que esto suceda en un país con unas capacidades de laboratorios y de producción farmacéutica como pocos en Lationamérica. Es decir, no se trata de una falta de idoneidad, porque las universidades han formado profesionales capaces de cumplir con los requisitos, nuestros laboratorios cuentan con los equipos sofisticados y con los materiales posibles para cumplir con tales exigencias, pero parece que no hubiera voluntad del sistema nacional de deporte ni del Gobierno nacional por lograr esto, tampoco de una entidad como la Federación Colombiana de Fútbol, con los recursos para hacer parte de un proyecto de estas dimensiones y ni hablar del Ministerio del Deporte, que no se han apersonado del tema.
Un informe publicado por LA PATRIA el pasado domingo da cuenta de esta falencia en nuestro país, que termina por afectar el juego limpio entre los deportistas de alto rendimiento, así como los costos del deporte, pues de acuerdo con los que saben de estos temas y tienen que usar los laboratorios extranjeros habilitados, se triplica la inversión para poder cumplir con parámetros internacionales. Esto, además del riesgo que se corre, de que nuestros deportistas terminen en competencias en el exterior y alguno resulte como un positivo por dopaje, como tanto ha pasado, pues la falta de seguimiento constante también abre la puerta para que algún confiado crea que es posible evadir la responsabilidad que tiene como atleta.
Sirva este editorial para hacer un llamado de atención sobre esta necesidad en el país. Es la mejor manera de proteger el deporte e incentivar el juego limpio. Los recursos del Ministerio del Deporte y de las federaciones que se usan en el control antidopaje podrían potenciarse, si se propone un proyecto de largo aliento que sirva para volver a contar con un laboratorio certificado ante los organismos internacionales. Sería también una manera de facilitar la llegada al país de eventos de gran envergadura.


Qué bueno que en nuestra ciudad, que cuenta con destacadas facultades en las universidades relacionadas con el deporte, la rehabilitación física, la medicina y la bacteriología, además de un centro de biología computacional, se pensara en aprovechar los Juegos Nacionales, que se competirán en el Eje Cafetero el próximo noviembre, para presentar un proyecto de este calado, que tenga repercusión nacional y, por qué no, andino o más allá. Ya que no nos van a quedar los escenarios soñados en estas justas, qué tal un laboratorio, lo que tiene todo que ver con una ciudad cerebro de Colombia, como pregona el Gobierno nacional que hará de Manizales.