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El país, y sobre todo el Gobierno, debe hacer los esfuerzos que sean necesarios para evitar la desaparición de un sector tan importante de la economía como son los productores de leche. No atraviesan buenos momentos y tratan de sortear una crisis, igual que otras áreas de la producción nacional como la vivienda y las manufacturas. Padecieron el Fenómeno de El Niño, que dejó pastos quemados y afectó la producción del ganado; pero además vienen del 2023 con reducciones en el consumo nacional de leche, que fue entre el 10% y el 12%, y bajas del 11% en el precio al ganadero.
En medio de estas difíciles condiciones, los lecheros se están viendo amenazados además porque se acercan las fechas en las que terminarán las barreras arancelarias para importar leche en polvo, según los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados con Colombia. Si el Gobierno no hace algo en los próximos meses, ocurrirá que empiece a llegar este tipo de leche libremente de Estados Unidos a partir del 2026 y de Europa desde el 2028, que con India a la cabeza son los mayores productores en el mundo, y le propiciarán otro duro golpe a los ganaderos nacionales, a los que les queda muy difícil salir competir con estas potencias.
Algo que ya puede empezar a hacer el Gobierno Petro es incentivar el consumo de leche nacional, con una fuerte campaña desde los ministerios de Agricultura y el de Comercio, Industria y Turismo. Algunos han propuesto crear un fondo que lo promueva, y vaya dirigido a sectores populares. También se ha planteado, pero sin resultados, que se incluya la leche en las compras públicas, no solo para la primera infancia y los escolares, también para las raciones de la Fuerza Pública y los comedores comunitarios. Se requiere además priorizar la compra a los productores locales y controlar el ingreso de lactosueros, otros productos que entran al país a bajo costo, pero no son leche entera.
La crisis de los lecheros no se resuelve congelando los contratos de leche y derivados (quesos y yogures) para entidades como el ICBF o el Programa de Alimentación Escolar (PAE) en las regiones, como ocurrió entre noviembre del año pasado y los primeros tres o cuatro meses de este año. Ya se escucha en regiones lecheras del país, entre ellas las de Caldas, de campesinos que están a punto de la quiebra, pues los costos de producción no compensan las ganancias. Según el Comité de Ganaderos y Agricultores de Caldas, hay unos 6 mil 650 productores que generan 440 mil 933 litros diarios de leche, pero muchos se les están quedando sin vender.


La baja en el poder adquisitivo de los colombianos también ha influido para alimentar esta crisis de los lecheros del país. Muchas familias han dejado de comprar este alimento por la reducción de los ingresos y optan por productos más económicos, así no sean nutritivos. Se espera que con la llegada del nuevo ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, medie ante la ministra de Agricultura para que se decida aplicar lo que exige la norma: mejores precios que deben pagar los intermediarios a los productores de leche de buena calidad en el país. Por ahí se podría empezar. Queda en manos del Gobierno nacional que este renglón de la economía no termine desapareciendo.