Hasta hace una década era un hecho ocasional en las vías de Manizales y de Caldas ver accidentes de tránsito que comprometían la vida de conductores, pasajeros y peatones, y eran tan excepcionales que llevaban a las autoridades de turno a tomar medidas de precaución y a ejecutar campañas para evitarlos. Ahora se volvieron tan cotidianos que ya no estremecen y más bien se está entendiendo que accidentarse es algo fijo al transitar por calles y carreteras. Delicado asunto, cuando el trasfondo es que estos hechos están poniendo en alto riesgo la salud y la vida de seres humanos.
Los reportes para este 2023 del Observatorio de Movilidad de Manizales señalan que hasta el 30 de abril se habían registrado 254 accidentes de tránsito con 214 personas lesionadas. Según Medicina Legal, la ciudad ya relaciona en el año hasta estos primeros días de mayo 16 muertes en hechos que tienen que ver con este tipo de accidentes, lo que arroja un promedio mensual de 4 fallecimientos por esta causa y es alto para una población de aproximadamente 460 mil habitantes que se calcula tiene la capital de Caldas. A esto hay que agregarle que buena parte de los afectados están en el segmento de edad de personas jóvenes, que ya escasea en la ciudad, y de adultos mayores, que crece más cada día.
Por esto es que se requiere que las instituciones, las empresas, las autoridades de tránsito y hasta las propias familias piensen en serio en educación y formación vial para todos. No pueden seguir subiendo las cifras y que nos quedemos en que es solo un reporte escandaloso. Debe ser mucho el subregistro de casos, que se conocen solo en barrios y veredas y no escalan a las autoridades de tránsito. Se trata de conductores que tienen percances de este tipo y por no verse inmersos en multas o en procesos judiciales más bien se aguantan el dolor de las heridas o hacen arreglos con aquellos a los que hayan afectado, que no siempre llegan a buenos resultados.
Parte de esto tiene que ver con que pilotar cualquier vehículo en Colombia está careciendo de rigor para conceder la licencia de conducción, en primera instancia; para controlar los excesos, en especial de velocidad que es lo que más está promoviendo la ocurrencia de accidentes, y para exigir, pero de verdad, que los vehículos que ruedan cumplan con los estándares técnicos y mecánicos y circulen solo los que están en buen estado. Hay quienes se las ingenian para obtener una licencia sin el lleno de requisitos o hasta manejan sin tenerla, otros a los que no les importa circular en un carro o moto con fallas mecánicas, y muchos los que creen que rodar por las vías es una oportunidad para apostar carreras a alta velocidad. El RUNT

Ya es hora de aplicar a rajatabla el Código Nacional de Tránsito, sin excepciones. La ley está hecha y en el nivel de accidentalidad y muertes que estamos no se puede ser laxo en su ejecución. El RUNT señala que hasta diciembre del 2022 en Colombia 61% de las motos circulaban sin SOAT, es decir 6 millones 332 mil, y en Caldas era del 52%. En cuanto al certificado tecnicomecánico, 71% de las motos en el país no lo tenían y en Caldas 61%. Se está jugando con la vida y la Constitución claramente ordena protegerla.