Fecha Publicación - Hora

El argumento del presidente Gustavo Petro y su gobierno para justificar la compra de los aviones franceses Dassault Rafale para la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) es que los actuales Kfir israelíes están ya obsoletos (42 años de uso) y que su compra no implicará quitarles recursos a los programas sociales que pretende impulsar durante su administración. Contrasta su actual punto de vista con lo que decía hace menos de un año, cuando quien hablaba del necesario cambio de la flota de aviones militares era el entonces presidente Iván Duque, a quien Petro acusaba en ese momento de gastar una cifra astronómica de recursos con lo que se iban a afectar programas sociales que deberían ser prioridad.
Resulta por lo menos curioso que tan enconada oposición a que las Fuerzas Militares se pusieran al día en su flota, cuando había serias amenazas de gobiernos vecinos como el de Venezuela y Nicaragua, con los rusos y chinos como telón de fondo, se hubiera descalificado de la manera en que se hizo, y que ahora al frente del Ejecutivo Petro y sus seguidores del Pacto Histórico se empeñen en gastar incluso más recursos que los proyectados por el Gobierno anterior.
Los Rafale son los más costosos en el mercado (unos $15 billones), frente a los Gripen, suecos, los Typhoon españoles y los F-16, estadounidenses. Para mitigar esa realidad se vende la idea de que se tendrá un ahorro del 30% en el costo de la hora de vuelo frente a los Kafir. Como sea, lo que parece demostrar este episodio es que Duque tenía razón cuando habló de cambiar la flota, y que fue correcto dejar listo el Conpes que le permite a la actual administración avanzar en el cierre de una negociación que comenzó hace 12 años.
También parece evidenciarse que al ponérsele un sesgo ideológico a un hecho tan claro como ese los opositores pueden caer en toda clase de estupideces en las que los planteamientos populistas acaparan el primer plano y pueden llevar a una sociedad a cometer serias equivocaciones en desarrollo de la democracia. Los temas militares son, sin duda, estratégicos, y es algo en lo que no pueden cometerse improvisaciones y tampoco se pueden tomar decisiones caprichosas.
Está bien que Petro se dé cuenta de que estar en la oposición haciendo crítica porque sí es muy diferente a ser el responsable de que funcione el Ejecutivo y de que en las prioridades también se tengan que considerar asuntos de seguridad nacional, pero lo chocante es que su discurso cambie de manera tan radical, solo para justificar sus polémicas posiciones del momento, y que todas las fuerzas petristas, simplemente, sin mayor reflexión, sigan sus decisiones sin hacer la debida autocrítica.


También resulta llamativo que haya tanto interés en el Gobierno nacional de modernizar ahora la flota de aviones de combate, justo cuando también impulsa el proceso de Paz Total, lo cual suena contradictorio, si se toma en cuenta que los actuales Kfir se han usado básicamente para perseguir criminales por dentro de las fronteras nacionales pertenecientes a estructuras subversivas o a organizaciones narcotraficantes.