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Si bien para sectores progresistas lo ocurrido no arriesga la continuidad de las relaciones bilaterales con el gigante del Norte, conociendo las posturas demócratas de Biden, sí dice mucho del descontento y preocupación que hay en el país. 
Cuatro temas marcan la recortada agenda del presidente Gustavo Petro en Estados Unidos: paz, lucha contra el narcotráfico, crisis climática y oportunidades de comercio e inversión. El periplo lo inició el lunes en la Universidad de Stanford, en San Francisco. Durante el Foro Permanente de los Pueblos Indígenas, Petro ratificó la postura que tanto han advertido en Colombia como peligrosa. Mientras que para el presidente la única medida para salvar la selva amazónica, la producción de agua, encontrar la paz de los pueblos y hablar de un nuevo desarrollo mundial es dejando de extraer petróleo, carbón y gas; en Colombia se considera lesivo dejar de hacerlo de un solo tajo, porque llevaría a la crisis económica.
Para el mandatario la guerra solo está ocultando la incapacidad mundial para superar la crisis climática, que relaciona directamente con la acumulación de capital mercantil. Asegura que no está pregonando una revolución contra el capital, pero sí pregona tomar medidas pragmáticas y llevar a los países a economías descarbonizadas. En el Foro arrancó aplausos de algunos asistentes a esta reunión en la que participó la Organización de las Naciones Unidas, entre otros invitados de organismos internacionales, pero en Colombia movió fibras como las del expresidente Andrés Pastrana.
Pastrana remitió al presidente de EE.UU., Joe Biden, una carta en la que reprocha de forma severa la política de drogas de Petro y el tratamiento que le ha dado a los grupos armados ilegales. Expresa que no hay paz a la vista, que la Colombia de Petro es un caos de orden público y criminalidad en el que organizaciones del narcotráfico negocian de tú a tú con el Gobierno. Si bien para sectores progresistas lo ocurrido no arriesga la continuidad de las relaciones bilaterales con el gigante del Norte, conociendo las posturas demócratas de Biden, sí dice mucho del descontento y preocupación que hay en el país.
El encuentro Biden-Petro en Washington está programado para mañana y aunque la agenda estaba diseñada para extenderse hasta el viernes, el mandatario colombiano decidió cancelar a última hora lo planeado para ese último día y regresará a Colombia el jueves en la noche. El motivo, la reunión que debe sostener con la oposición venezolana antes del martes 25 de abril. Un cambio que deja extrañados a quienes lo esperaban en auditorios de Estados Unidos y más todavía a los colombianos, teniendo en cuenta que Norteamérica es un país que aporta buena cantidad de recursos para programas económicos, de seguridad y lucha contra el narcotráfico.

No estamos diciendo que Colombia se deba subyugar a las potencias que nos ayudan y con quienes tenemos tratados firmados. Importante que el Gobierno lidere acciones para ayudar a reactivar el diálogo político sobre Venezuela, que desde acá se quiera apoyar a un país vecino a que le levanten las sanciones económicas impuestas, eso sí, siempre en el entendido del retorno de la democracia. Eso está bien, pero no puede perder de foco el Gobierno que su prioridad es Colombia y sus habitantes. Las relaciones con Estados Unidos han sido, son y seguirán siendo una oportunidad para el país, y las oportunidades no se pueden dejar volar de las manos.