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Todo parece estar dispuesto para que las obras que se encuentran suspendidas desde mediados del año en Aerocafé se reinicien durante el primer semestre del 2023. Al Gobierno Nacional no le debe quedar ya la menor duda acerca de la importancia de ese proyecto para la región y del clamor general de los caldenses para que esa iniciativa de infraestructura, que será polo de desarrollo en el occidente del país, salga adelante.
Fue claro en los diálogos vinculantes de finales de noviembre como en las distintas manifestaciones de sectores representativos de Caldas ante el Gobierno Nacional que los habitantes de esta región quieren el aeropuerto y que no es un proyecto de élites, como se dijo en un momento. Si todo avanza como se tiene previsto, a finales de enero podría comenzar el nuevo proceso licitatorio para que llegue otra firma a continuar con las obras del lado tierra.
Verdaderamente sería el colmo de la insensatez que un proyecto que logró levantarse de la crítica situación que vivió hace 10 años, que tiene todos los estudios técnicos y socioeconómicos avalados por organismos internacionales, que cuenta con el 95% de los recursos listos para ser invertidos, que tiene el enorme potencial de servir no solo a los caldenses sino a poblaciones de todo el Eje Cafetero y hasta del suroccidente de Antioquia, se quede atascado por falta de visión y oposiciones infundadas.
El hecho de que el Concejo de Palestina haya ampliado hasta diciembre del 2023 el plazo para conseguir los terrenos que se necesitan para la nueva vía que conducirá de la vereda Cartagena a la terminal aérea también ayuda a dar claridad sobre la infraestructura adicional que se tendrá y que servirá para impulsar nuevas iniciativas de impacto regional. Se espera que el alcalde de Palestina, Mauricio Jaramillo, actúe en consecuencia, y que más temprano que tarde se tengan todos los terrenos para la vía.
Mientras se comienzan de nuevo las grandes obras es fundamental que se cuide lo ya construido, que se garantice la estabilidad de lo que ya se hizo, y que los proyectos complementarios sigan su camino con celeridad, eficiencia y calidad. Es fundamental, así mismo, que se tramiten todos los recursos que aún faltan, debido a los ajustes que deben hacerse a causa de los retrasos en la ejecución. Desde el Gobierno Nacional es clave que se tenga esto en cuenta para las vigencias que vienen.

En el proceso licitatorio que se avecina hay que tener cuidado de no repetir el error cometido al escoger a la española OHLA, empresa que abandonó los trabajos. Por el contrario, hay que empeñarse en cambiar de manera radical la suerte del proyecto, ojalá con una firma que rápidamente muestre resultados positivos y que devuelva la total confianza de que tendremos pronto una gran terminal aérea en la región.