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Si se da una mirada a las cifras de delincuencia en Caldas, son en términos generales aceptables al compararlas con las de otros departamentos de similares condiciones y población. También resulta positivo que la gran mayoría de delitos que se consideran de alto impacto en la percepción de la seguridad se reducen, se mantienen o presentan apenas incrementos casi imperceptibles. Lo más importante es que los homicidios siguen bajando en la mayoría de municipios (13) y en el total global, y se destaca Manizales en este indicador, a lo que se suma que este año ya completó un periodo de 44 días sin asesinatos.
En este tema no puede haber conformismo. La región tiene las condiciones para seguir bajando todos los indicadores y ser el remanso de paz que promete en postales y campañas promocionales. Un trabajo realizado por este diario, gracias a las respuestas entregadas a un derecho de petición que se elevó a la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, permite hacer unos balances y ver las cifras en su conjunto, lo que podría ayudar a programar estrategias que también sean de alto impacto. Lo primero, sí es que se mejore la presencia de Policía en varios de nuestros municipios, que se realicen operativos preventivos, funcionen todas las cámaras y así no tengamos que lamentar nada después.
Resulta muy preocupante que siguen en aumento proporcionalmente muchos delitos contra las mujeres en nuestra región. Cada vez crecen las agresiones contra ellas, sobre todo son las principales víctimas de violencia intrafamiliar. Las atacan con todo tipo de elementos que buscan afectarlas en su integridad física, mientras que el 40 por ciento de las víctimas de robos fueron también las mujeres, de las que los ladrones se aprovechan. También los feminicidios se mantienen y no se logra quebrar realmente esta agresión por razones de género.
Otro tema que se deduce de las cifras publicadas por LA PATRIA, con base en las estadísticas de la Policía Nacional, demuestran que la mayor incidencia en la estadística departamental la aportan Manizales, muy normal por el tamaño de la población, y también Chinchiná y La Dorada. Esto ya no tan evidente, pues hay municipios con poblaciones muy cercanas en número a esas localidades y sus delitos están muy por debajo de la media. Claramente se tendrá que hacer algo con estos dos municipios, ambos con problemas sociales muy serios, que requieren atención.


En homicidios, mención especial merece Pensilvania, en el oriente de Caldas, en donde se quintuplicó la cifra, al pasar de 2 a 9, algo lamentable. Se ha vuelto costumbre que en los homicidios, en la mayoría de los casos se hable de que se originan en problemas de intolerancia. No obstante, esta es una razón en la que cabe de todo: la falta de gestionar mejor las emociones, el abuso de sustancias como el alcohol o alucinógenas, la falta de atención a asuntos de salud mental o de cultura ciudadana. Lo planteamos porque seguimos contando los casos, dando estadísticas y explicando las razones, pero parece que poco se hace para prevenir con mayor educación, con campañas consistentes para que los ciudadanos aprendamos a manejar los problemas con razones y no con violencia. Se puede lograr, pero hay que provocar los cambios, no esperar a que se den por generación espontánea.