Las cifras reveladas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) correspondientes al primer semestre del 2025 confirman el vigor exportador de Caldas. El café, incluso transformado, lidera el listado de productos enviados al exterior. Le siguen, con cifras igualmente destacables, dulces, electrodomésticos, machetes, aguacate Hass, gelatinas, placas libres de asbesto y los productos de la Industria Licorera de Caldas. Este desempeño permitió que el departamento se ubicara en el octavo lugar entre los más exportadores del país.
Durante este periodo, Caldas exportó bienes por un valor de 801 millones 418 mil dólares, lo que representa un incremento cercano a los 250 millones de dólares frente al mismo semestre del 2024. Este crecimiento elevó la participación del departamento al 3,7% del total nacional. Una vez más, Estados Unidos se consolida como el principal destino de nuestras exportaciones, lo que obliga a mantener relaciones internacionales prudentes y estratégicas con ese país, que ha demostrado utilizar los aranceles como herramienta de presión política y económica.
La solidez del clúster metalmecánico, la diversificación del café en todas sus presentaciones y el liderazgo en la producción de placas de fibrocemento evidencian una región que ha evolucionado en su capacidad de abrir mercados. Este dinamismo habla también de la resiliencia de nuestros empresarios, que han sabido mantenerse competitivos en medio de un entorno desafiante. Esa competitividad se traduce en empleo, inversión y riqueza para Caldas. Por eso, los anuncios que se proyectan para el próximo año generan inquietud.
La amenaza más inmediata proviene del posible incremento de hasta un 100% en la tarifa del gas natural, como consecuencia del aumento en la importación del energético. Esto se debe a la paralización de exploraciones e inversiones durante los últimos tres años del actual Gobierno nacional. El impacto será doble: afectará tanto a los hogares como a las industrias, encareciendo los costos de producción y poniendo en riesgo el empleo. A ello se suman la implementación de la reforma laboral y la anunciada reforma tributaria —disfrazada de ley de financiamiento— que se discute en el Congreso, atada al Presupuesto General de la Nación. El panorama, sin duda, se complica.
Además, el golpe a la construcción ha sido profundo. La ausencia de una política de vivienda y la falta de inversión en un sector que ya caminaba por sí solo han afectado gravemente el comercio regional y a los fabricantes. El sector ferretero y de insumos para la construcción, clave en la economía local, ha resentido esta desaceleración. Así se evidencia cómo la mala gestión gubernamental puede impactar no solo al país, sino a regiones que han demostrado capacidad productiva y vocación exportadora.
Como lo hemos mostrado en cifras desde la revista Creer en Caldas, los empresarios han logrado mantenerse a flote con decisiones acertadas, recortes estratégicos y contención de precios para no trasladar los costos al consumidor. Pero estas estrategias no son sostenibles indefinidamente. Es momento de prepararse para enfrentar el temporal, mientras se espera que amaine la tormenta provocada por las decisiones del actual Gobierno.
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